- Son 2.000 millones más de lo que se preveía
- Es una nueva estimación de la Universidad de Washington y la ONU
- África, el continente que más crecerá, pasando de 1.000 a 4.000 millones
Esta es la conclusión de un estudio de la Universidad de Washington y Naciones Unidas, según publica la edición digital de este jueves de la Revista ‘Science‘, incluye las estimaciones más actuales hasta la fecha para la futura población mundial, así como un nuevo método para la formulación de esas estimaciones.
«El consenso en los últimos 20 años era más o menos que la población mundial, que actualmente se encuentra en alrededor de 7.000 millones, crecerá hasta los 9.000 millones y probablemente se estabilizará o disminuirá», recuerda el autor Adrian Raftery, profesor de Estadística y Sociología en la Universidad de Washington.
«Nosotros hallamos que hay un 70 por ciento de probabilidades de que la población mundial no se estabilice este siglo. La población, que había experimentado una especie de caída en la agenda mundial, sigue siendo una cuestión muy importante», agrega este experto.
El documento contiene los datos de población más recientes de las Naciones Unidas publicados en julio, por lo que, según sus autores, es el primer informe de población de las Naciones Unidas que utiliza la estadística moderna, conocida como la estadística bayesiana, que combina toda la información disponible para generar mejores predicciones.
La mayor parte del crecimiento previsto es en África, donde se proyecta que la población se cuadruplique desde aproximadamente 1.000 millones actuales a 4.000 millones a finales de siglo. La razón principal es que las tasas de natalidad en el África subsahariana no han ido tan rápido como se esperaba. Hay una probabilidad del 80 por ciento de que la población de África a finales del siglo sea de entre 3.500 y 5.100 millones de personas.
Otras regiones del mundo sufrirán menos cambios. Se prevé que Asia, que ahora cuenta con 4.400 millones, alcance un máximo de alrededor de 5.000 millones de personas en 2050 y luego comience a decaer, mientras que las poblaciones en América del Norte, Europa y América Latina y el Caribe permanecerán por debajo de los 1.000 millones cada una.
Las cifras respaldan ampliamente las proyecciones de la ONU de 2013, pero añaden una nueva dimensión, señala el autor Patrick Gerland, demógrafo de la ONU. Las proyecciones demográficas mundiales se basan principalmente en dos cosas: las futuras tasas de esperanza de vida y de fertilidad. Las técnicas anteriores se centraron en gran medida en la opinión de expertos para saber cómo se esperaba que cambiaran esas tendencias.
En su lugar, este pronóstico más reciente utiliza métodos estadísticos para combinar los datos gubernamentales y las previsiones de los expertos para cuestiones tales como las tasas de mortalidad, las tasas de fecundidad y la migración internacional.
NATALIDAD
Además, los informes anteriores presentaban incertidumbre al usar escenarios en los que las mujeres tendrían 0,5 hijos más o menos que las previsiones de los expertos. Ese método, según Raftery, genera demasiada distancia. «En un año y un país concreto, la tasa de fecundidad podría ser medio hijo más, pero la probabilidad de que fuera así en todos los países en todos los años en el futuro es muy baja», apunta Raftery.
El nuevo método emplea modelos estadísticos para reducir el rango, encontrando una probabilidad del 80 por ciento de que la población en 2100 sea de entre 9.600 millones de personas y 12.300 millones. «Este trabajo reúne la investigación de los últimos siete años y datos recientes –valora Raftery–. Podemos responder preguntas sobre el futuro crecimiento de la población utilizando los principios estándar de la estadística inferencial, que nunca se ha hecho antes».
El aumento de población podría exacerbar otros problemas mundiales, como el cambio climático, las enfermedades infecciosas y la pobreza, alerta este experto. Los estudios demuestran que las dos cosas que disminuyen las tasas de fecundidad son un mayor acceso a los anticonceptivos y la educación de las niñas y las mujeres, concluye Raftery.
Fuentes: Science y Universidad de Washington