Análisis de la olivicultura moderna y su agroindustria

Para poder analizar la olivicultura moderna, debemos empezar en 1980, donde el olivar tradicional abarcaba 7.5 millones de hectáreas en 23 países, principalmente entre los paralelos 35° y 45° de latitud norte. Hoy, la olivicultura ha evolucionado con olivares intensivos y de alta densidad, representando el 22% y 6%, respectivamente, de las 2.5 millones de hectáreas de olivar en el mundo. Además, el olivar en seto, que surgió en 1995, ocupa casi el 4% de la superficie total de olivar, adaptándose a cambios climáticos y escasez de mano de obra.

La producción de aceite de oliva se ha expandido a más de 66 países, desafiando la idea tradicional de que el olivo termina donde acaba el Mediterráneo. La evolución responde a cambios climáticos y a la disminución de la población rural activa en la agricultura.

El olivar en seto, con 450,000 hectáreas, ha generado una nueva olivicultura de precisión, optimizando recursos y transformando la cultura del olivo. En lugares inusuales como Arabia Saudita, Argentina y China, ha impulsado la demanda global de aceites de oliva, generando almazaras innovadoras que superan a muchas naciones productoras.

Estas almazaras, con capacidades excepcionales, enfrentan desafíos logísticos debido al tamaño de las explotaciones y la corta temporada de cosecha. El resultado es una nueva tipología de almazaras, destacando la importancia del campo en la agroindustria.

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Mostramos a continuación el artículo de opinión publicado en el economista.es el 17 de febrero de 2024 por D. Juan Vilar Hernández, analista oleícola internacional, consultor estratégico, profesor de la UJA y agricultor, bajo el título:

La olivicultura moderna, un condicionante para su agroindustria

En 1980 había en el Planeta del orden de 7,5 millones de hectáreas plantadas de olivar, fundamentalmente tradicional, repartidas en 23 países de los 5 continentes, en su mayor parte de secano, y entre los paralelos 35° y 45° de latitud norte, pues en el hemisferio sur, aunque ya había algún olivar, no se había desarrollado como cultivo económico de relevancia, aunque a posteriori se desenvolvió entre los 35º y los 41º sur. Hoy en día, ha quedado desactualizada la frase del poeta francés George Duhamel «donde el olivo se termina, acaba el Mediterráneo».
De forma gradual, el desarrollo de la olivicultura, con olivares intensivos, en la década de los 60, empieza a desplazar a partir de la segunda mitad de la década de los 80 a olivares tradicionales donde la dotación de agua lo permitía, o a sustituir a cultivos de diferente índole, como cereal, oleaginosas, etc. llegando en la actualidad a suponer en el Planeta 2,5 millones de hectáreas, el 22% del total de la superficie actual de olivar, con entre 300 y 600 árboles por hectárea y con un rango de mecanización superior al tradicional.
En el mismo sentido, durante la década de los 80 surge otra olivicultura más avanzada, en este caso, con algo más de densidad, denominado olivar de alta densidad, con un número de plantas que podría oscilar de entre 600 y 900 por hectárea, mucho más mecanizable. En este caso supone el 6%.
En 1995 y teniendo como origen Finca Valonga, en Huesca, surge otro tipo de olivicultura, el olivar en seto, ostentando en la actualidad casi el 4% del total de la superficie de olivar del mundo, que actualmente supera los 11,6 millones de hectáreas. Haciendo un símil comparativo, el olivar que cubre el Planeta, supone un área parecida a la superficie de Andalucía o Portugal.
Por lo tanto, tras 42 años hemos pasado a una situación inédita, pues en el Planeta ya hay más de 66 países que producen aceite de oliva, suponiendo el olivar tradicional menos del 68% del total del área cultivada de olivos. En países como Canadá, por encima de los 46º latitud norte, o en la Patagonia argentina, por debajo de los 41º latitud sur, están las almazaras más alejadas en términos australes y boreales respectivamente.
Esta evolución, tanto en la forma de cultivar el olivar, como en los lugares de cultivo, está vinculada a dos razones. En primer término, al modo en que se está radicalizando el clima y las anomalías que ello conlleva en unas y otras zonas, y por otro, a que la población rural dedicada a la agricultura de forma activa ha pasado, en menos de 50 años, de ser del 42%, a preverse que en 2050 no alcance el 20%, siendo para Europa menos del 4%, mientras que para África, resultaría algo inferior del 40%.
Centrándonos en el olivar en seto, en la actualidad supone una superficie de 450.000 hectáreas, y se está adecuando en función de los dos factores mencionados anteriormente, la combinación entre una mayor adaptabilidad del olivo a nuevas áreas geográficas, y la falta de disponibilidad de mano de obra en ciertas zonas.
Poniendo este tipo de olivar en contexto, una campaña normal genera una producción de aceituna de casi 3,3 millones de toneladas, una cuantía de casi 450.000 toneladas de aceite de oliva, fundamentalmente virgen extra, casi el 36% del obtenido en el mundo. La cifra de negocios que genera dicho tipo de olivar es de más de 2.000 millones de euros por campaña.
Actualmente se han creado una docena de microentornos de olivicultura, vinculados a su agroindustria, cuya idiosincrasia, nivel tecnológico aplicado, conocimiento, experiencia y modo de trabajo es distinto, e igual entre ellos. De las 10 almazaras más evolucionadas, y de mayor rango de molturación del planeta, 9 se encuentren en zonas deslocalizadas de las zonas habituales de olivar, donde entre otros factores, el olivar en seto ha ejercido como palanca transformadora de innovación, divulgador de la cultura del olivo, y fomento del consumo de aceites de oliva. Arabía Saudí, Argentina, Chile, California (USA), Australia, Alentejo Portugués, China, etc., son lugares no habituales donde se ha plantado olivar en seto, y que anteriormente no contaban este tipo de cultivo.
¿Cuáles han sido sus efectos? El primero, crear un incremento de demanda de aceites de oliva, generando países con un déficit productivo y un elevado consumo que en momentos como el actual sustentan una demanda de calidad. En otro orden de cosas, han creado una nueva olivicultura de precisión, lo que optimiza el uso de recursos como la energía, los agroquímicos, o el agua, y con explotaciones que era inverosímiles hasta ahora en el ámbito de la olivicultura, que en la mayor parte de las veces superan las 2.000 hectáreas de superficie, llegando hasta las más de 7.000, en una sola linde.
Dichos entornos, en términos de agricultura, generan una necesidad de recolección, por el tamaño de las explotaciones y la disponibilidad de recursos, que en ocasiones, y por finca, superan los 4 millones de kilogramos diaria, lo que dificulta la actividad debido a lo corto de la campaña y a la idiosincrasia del fruto en su molturación, por lo que se ha generado una nueva tipología de almazaras (tan solo una de estas produce más aceite de oliva que los 55 países productores de aceite de oliva no principales de forma conjunta).
El 70% de estas almazaras superan los 100 millones de kilogramos de aceituna molturada por campaña, disponen de maquinaria eficiente, y con capacidades que hacen que produzcan más de 1 millón de kilogramos de aceite de oliva virgen extra en un solo día y requieren de un nivel de formación, experiencia, coordinación, tecnología, y coordinación propios de proyectos de la talla de los dirigidos por Pierre Satre, ingeniero jefe, y responsable del Aérospatiale-BAC Concorde, poniendo de manifiesto una vez más, que el campo condiciona los eslabones posteriores, y en especial a la agroindustria, las almazaras.

Juan Vilar Hernández

 


 

Uso eficiente del agua en olivar

Ayer jueves 20 de julio de 2023, se llevaron a cabo unas jornadas del Uso eficiente del agua en olivar, en las instalaciones de DCOOP en el corazón de Andalucía, Antequera, Málaga, en colaboración con Cajamar. En el evento participaron más de 150 personas, y se hizo hincapié en la necesidad de mejorar las políticas hídricas, incluyendo las capacidades de almacenamiento, el uso del agua depurada y la eficiencia en el riego.

Nuestro CEO, José Luis Bustos, intervino en la mesa redonda titulada «Uso eficiente del agua de riego», donde compartió las experiencias de BrioAgro en el campo del olivar de regadío, tanto en España como en Portugal y las Islas Canarias. Durante su intervención, destacó varios casos prácticos del uso de la tecnología de BrioAgro para ahorrar agua, mostrando dos casos con ahorros del 28% y 33%, respectivamente, y un aumento del 8% en la producción. Además, presentó un nuevo indicador de rendimiento por m3 (Kg/ha/m3) para valorar el aprovechamiento del agua.

Durante el evento de uso eficiente del agua en olivar , los ingenieros agrónomos y agricultores presentes mostraron un gran interés en la tecnología y realizaron diversas preguntas y respuestas, de las cuales destacamos algunas:

  • Pregunta: ¿Cuántos dispositivos se deben colocar por finca de olivar?
  • Respuesta: Si existe uniformidad de cultivo, generalmente es suficiente con un solo sensor guía. Utilizamos imágenes satelitales para determinar en qué sector colocar este sensor guía, y luego empleamos el simulador de riego satélite para extrapolar esa información al resto de sectores. De esta manera, cada sector recibe un riego ajustado a sus necesidades, lo que nos permite ahorrar agua.
  • Pregunta: ¿Cuál es el mejor momento para regar?
  • Respuesta: La hora ideal para regar depende del tipo de suelo, el microclima y el cultivo en particular. Sin embargo, en términos generales, el cultivo demanda más agua cuando el sol está en su cenit y se despierta con la salida del sol. Por lo tanto, una buena hora para regar es al amanecer. Con los dispositivos de BrioAgro, se puede determinar con precisión el momento óptimo para el riego.
  • Pregunta: ¿Hay algún tipo de ayuda para utilizar esta tecnología?
  • Respuesta: En este momento, el Kit Digital está acercando la digitalización a los agricultores. Les animamos a contactarnos para verificar la disponibilidad de fondos, ya que en la mayoría de los casos, hay financiamiento disponible.
  • Pregunta: ¿Y si tengo olivar de secano?
  • Respuesta: Si bien BrioAgro es especialista en riego, actualmente estamos trabajando en fincas de olivar de secano en Estepa, Sevilla, donde estamos evaluando diferentes técnicas de retención de agua que muestran resultados prometedores. Estamos a la espera de la confirmación de fondos de los Digital Innovation Hubs, lo que nos permitirá probar y acreditar con nuestros dispositivos estos resultados positivos. Dado que algunos agricultores no tienen acceso a un pozo o a agua de una comunidad de regantes, es crucial buscar soluciones ante la sequía y años de déficit hídrico.

El CEO de BrioAgro destacó la enriquecedora experiencia en las jornadas y se sorprendió gratamente por los magníficos resultados de DCOOP. Expresó la preocupación por la falta de agua disponible para los agricultores, ya que la demanda supera la oferta, y señaló que es necesario resolver el problema del agua para satisfacer la demanda del mercado.

También se hizo mención a que la Junta de Andalucía, representada por D. Manuel Gómez Galera, Secretario general de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Junta de Andalucía, está comprometida con resolver el problema del agua, invirtiendo en infraestructuras y agilizando mejoras. Sin embargo, algunos agricultores y representantes de comunidades de regantes expresaron su inquietud por la lentitud en los procesos administrativos y de ejecución de estas obras, lo que retrasa su puesta en marcha.

BrioAgro, en este sentido, ofrece su solución como una parte del conjunto de soluciones necesarias para enfrentar el problema del agua, y destaca que su tecnología puede ser implementada de manera inmediata para empezar a ahorrar agua desde el primer día. José Luis Bustos apoyó las nuevas inversiones para resolver el problema a largo plazo, pero instó a los olivicultores a abordar el problema desde el presente.

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