El efecto albedo en Almería

Invernaderos en Almería
Actualmente la superficie de invernaderos en Almería es de unas 30.000 hectáres. El «mar de plástico», como se conoce a la concentración de dichos invernaderos, es el más grande del mundo.

Un fenómeno curioso ocurre en la provincia de Almería. La concentración de invernaderos dedicados principalmente a la siembra de verduras ha hecho que se produzca un efecto de enfriamiento en el clima, que contrarresta los efectos del calentamiento global. Este fenómeno ha sido llamado efecto albedo, del latín “albus”, que significa luz blanca o color pálido. Aunque también puede referirse a la propiedad de iluminación del suelo y su atmósfera; esta es la definición que más se ajusta al fenómeno en sí.

La explicación del efecto albedo es sencilla: mientras una parte de la radiación solar es reflectada por la Tierra a través del agua, suelo, atmósfera y otras superficies; la otra parte de la radiación es absorbida por el planeta y causa un efecto de calentamiento. Al chocar estas radiaciones contra los invernaderos instalados a lo largo de todo el territorio almeriense, el índice de rebote es mayor al que producirían otras superficies, lo que causa un enfriamiento en todo el territorio en el que estas estructuras están edificadas.

Porcentajes de albedo
Valores de albedo de algunas superficies, expresados en porcentajes.

Este fenómeno fue estudiado por un grupo de investigadores de la Universidad de Almería. En dicho estudio se llegó a la conclusión de que, desde los años 80 aproximadamente, la temperatura descendió una media de 0,3 grados por década en comparación al resto del territorio español, en el que se registra un incremento de la temperatura media en 0,5 grados por década.

Asimismo, la investigación también se encaminó en medir el nivel del efecto albedo en la zona y se pudo determinar que la reflectividad de luz registró, desde 1983, un aumento del 9%. En otras palabras, la radiación solar desviada en Almería es un 9% mayor al resto de España, lo que contribuye a un menor gasto energético en sistemas de climatización de espacios, tanto en domicilios como en invernaderos.

BrioAgro lleva controlando el microclima en los invernaderos de Almería desde el año 2014, consiguiendo que la toma de decisiones de los agricultores, basados en los datos obtenidos por BrioAgro, genere ahorro de agua, energía y fertilizantes así como un incremento de su productividad.

«El riego inteligente permite optimizar cada litro de agua y un control desde el móvil»

Entrevista publicada en el Diario ABC, sección Economía/Agricultura el lunes 31/07/2017

  • «La aportación de agua al olivar de secano en ciertos momentos es crítica para evitar el estrés hídrico»
  • «Nuestra tecnología permite ahorros de agua que van del 20 al 40%, según el tipo de cultivo»

Fuente ABC: Ver publicación en pdf

José Luis Bustos. Director de BrioAgro Technologies
José Luis Bustos. Director de BrioAgro Technologies
La preocupación por la falta de lluvias y las altas temperaturas de las últimas semanas es común en los agricultores andaluces, que miran también con inquietud el bajo nivel de agua acumulada en algunos embalses. En estas circunstancias, y en plena campaña de riego, la empresa sevillana BrioAgro Technologies apuesta por el riego inteligente, con un nuevo producto ya en el mercado que permite «optimizar cada litro de agua que se emplea en el campo», consiguiendo así «ahorrar en el recurso y aumentar la producción agrícola, pues nuestra tecnología posibilita aportar el agua que necesita en cada momento el cultivo», declara el director general de la firma, José Luis Bustos. Una startup que nació en 2015 en la aceleradora de empresas Impúlsame de Mairena de Alcor (Sevilla) y que lleva dos años consecutivos en la lista de las 50 startups españolas con más futuro.

—¿Cómo usa BrioAgro la tecnología al servicio de la agricultura?
—Tenemos en el mercado dos tipos de productos. Este año hemos empezado a comercializar BrioAgro Aqua, un sistema de riego inteligente por el que se consiguen maximizar los ahorros del recurso y la producción, pues riega de manera automática cuando lo pide el suelo, adaptándose a cualquier cultivo de regadío. Y desde 2015 venimos comercializando BrioAgro Vita, un sistema de monitorización a tiempo real de las condiciones en que evolucionan los cultivos, aportando información fiable medida a través de sensores que permiten al agricultor tener datos contrastados para la toma de decisiones agrícolas. Además, toda esta tecnología se puede manejar desde un dispositivo móvil, tablet o un ordenador, lo que favorece el control de la explotación también desde la distancia.

—¿En qué cultivos agrícolas se está aplicando?
—Empezamos en los invernaderos de Almería, con el cultivo del tomate que produce la SAT Costa de Níjar, monitorizando tanto variables de suelo como de microclima y en función de eso creamos un primer modelo para regar cuando el cultivo lo necesitaba. Después, nos presentamos a un concurso y ganamos una plaza en la aceleradora de empresas de Navarra Orizont, compitiendo con más de cien empresas de todo el mundo del sector agroalimentario. En Navarra conocimos una forma más industrial de hacer agricultura y empezamos a trabajar en el cultivo de hortícolas de la mano de la empresa Florette, que cuenta con una planta de producción en esta comunidad. Durante nuestra estancia en el norte nos apoyamos mucho Estación de Viticultura y Enología de Navarra (Evena), con la que iniciamos un proyecto de un año cuyas conclusiones mostraron que nuestro producto se ajustaba también perfectamente al cultivo del viñedo. Por tanto, nos hemos especializado en cultivos de regadío bajo plástico, hortícolas y leñosos. —¿Entre los leñosos se incluye el olivar, uno de los cultivos que está padeciendo la falta de lluvias?
—Vamos a lanzar una campaña para informar sobre las ventajas del riego inteligente en el cultivo del olivar. Cada año el olivar de secano produce menos, debido a que los años húmedos son excepcionales en nuestro país, por lo que la aportación de agua en determinados momentos es crítica para evitar el estrés hídrico. Por otro lado, las escasas dotaciones de agua de las comunidades de regantes hay que optimizarlas para llegar a esos umbrales mínimos de producción a partir de los cuales el cultivo empieza a ser rentable. En BrioAgro, a través de nuestra tecnología, optimizamos cada litro de agua y todo lo que se aplica lo aprovecha la planta, por lo que no se desperdicia ni agua ni fertilizantes.

Última tecnología


—¿Cómo funciona exactamente esta tecnología?
—El sistema de riego está basado en tecnología de última generación (automatismos, electrónica, comunicaciones y sensores) más información satélite geolocalizada y en Internet. Asimismo, dispone de una App móvil compatible con teléfonos y tablets tanto para el sistema Android como iOS. Lo que hacemos es colocar sensores de alta fiabilidad que recogen datos sobre el cultivo y los envían a Internet. Llegan datos cada 15 minutos tanto de lo que ocurre en la finca y datos meteorológicos a tiempo real, como de previsiones a siete días vista. Estos datos, alojados en la nube, se interpretan cruzando datos agronómicos con nuestro algoritmo. Por último, actuamos de la manera más eficiente con nuestro controlador automatizado. Este controlador de riego sustituye al programador convencional y puede conectarse a cualquier tipo de electroválvula activando de manera automática el riego que se puede manejar por telecontrol desde el teléfono móvil.
—¿Qué inversión debe hacer el agricultor para llevar estos dispositivos a su explotación y qué ahorros puede alcanzar con su uso?
—El paquete para regar en función de criterios objetivos supone un desembolso de unos 1.200 euros, y hay que colocar una unidad de monitorización por zona representativa en la finca. Es decir, no influyen las hectáreas que tenga la finca, sino los tipos de suelo distintos que haya. Así, conseguimos mejorar significativamente el manejo del riego agrícola a la medida de cada tipo de suelo y adaptado al estado del cultivo. Eso le permite al agricultor ahorros que oscilan entre el 20% y el 40% de agua. —¿La empresa ha apostado por exportar esta tecnología a otros países? —Sí. Ya hemos probado en México y hemos visto que nuestros productos se adaptan perfectamente a la agricultura de allí. Este arranque nos ha servido para entender los hándicaps que podemos encontrar fuera. No obstante, no vamos a perder de vista a España. A día de hoy trabajamos en An-
dalucía, Navarra y Castilla y León, sobre todo. Pero queremos seguir creciendo a nivel nacional, no en vano, somos el primer productor mundial de aceite de oliva y el primer exportador de vinos, con una situación de sequía que es casi cíclica.
—¿El agricultor andaluz es receptivo a la introducción de las tecnologías en el campo?
—La falta de relevo generacional en el campo andaluz y el envejecimiento del sector puede suponer un freno a la innovación, salvo que se trate de un perfil muy emprendedor que, en ese caso, no importa la edad. También es más receptivo aquél agricultor que apuesta por una agricultura más industrial, que busca la mejora continua y la mayor eficiencia de sus recursos. No obstante, ahora que estamos en época de cierta alarma por la falta de lluvias, hay un mayor interés por nuestra tecnología.
—¿Qué proyectos futuro tiene la empresa a corto o medio plazo?
—Consolidar nuestros productos e implantar nuestra tecnología en un mayor número de explotaciones. Aparte, estamos adaptando el sistema de riego a la ciudad, para parques y jardines. Tenemos un proyecto en Mairena del Alcor para el riego de 14 sectores con árboles, césped y setos. Nuestra tecnología nació bajo el paraguas de Smart Cities y nos la hemos llevado al campo. Ahora hay que adaptarla a las zonas urbanas, y ya hemos conseguido que nuestros sensores funcionen bajo tierra.

Monitorización de la viña

En este vídeo (extracto del reportaje «El vino y el clima«) se destaca el papel fundamental que tiene el agua y la medición del estrés hídrico, así como el riego inteligente y/o riego de socorro gracias a la monitorización a tiempo real de humedad de suelo.

Desde el año 2015 están funcionando nuestros sistemas de monitorización en EVENA (Estación de Viticultura y Enología de Navarra), durante este periodo, han destacado los siguientes puntos fuertes de la herramienta de monitorización:
● Facilidad de lectura de los datos.
● Inmediatez de los datos.
● Alta sensibilidad.
● Valores de referencia en parámetros como la humedad del suelo
● Comparación con datos climáticos.


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Riego inteligente en invernadero

El Riego Inteligente de BrioAgro Aqua para invernaderos aporta agua y fertilizante antes de que planta lo necesite

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Esa información la obtiene a tiempo real gracias a sensores la humedad, conductividad  y temperatura de suelo junto con información del microclima dentro del invernadero, es decir humedad relativa, temperatura y luminosidad.
  • Con todos estos datos, junto con el conocimiento detallado del tipo de suelo y el estado fenológico del cultivo, el sistema aporta el agua y fertilizante correcto en el momento adecuado, logrando así ahorros significativos en consumo de agua que oscilan entre el 20% y 50%.
  • Disminuyendo los riegos, al hacerlos más efectivos, se consigue mayor eficiencia en el fertilizante, que se aplica justo cuando la planta lo puede asimilar, reduciendo al máximo la lixiviación de los mismos.
  • Disminuyendo los riegos, conseguimos ahorro energético, con menos minutos de riego, menor es la factura eléctrica. Además el sistema  puede llegar a conseguir ahorros mucho más significativos, porque al regar automáticamente, emplea las horas de tarifa reducida de electricidad para realizar aportes de agua a menor precio.

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La nueva economía Navarra – BrioAgro

El pasado mes de julio el Diario Noticias de Navarra, en su especial «La nueva economía Navarra» incluía a doble página este destacado sobre BrioAgro, que junto a otras empresas se enfrentan a un apasionante cambio industrial que destaca por la velocidad de implementación. La editorial ha reunido a algunas de las voces más relevantes de diferentes sectores (salud, innovación, agricultura, Industria 4.0, energías renovables, industria creativa, educación y formación) que nos explican y guían a través de la Nueva Economía.

“La revolución tecnológica llega al agro y aporta eficiencia”

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José Luis Bustos / CEO DE BRIOAGRO
El CEO de Brioagro afirma que la monitorización de los cultivos permite controlar el riego, prevenir enfermedades, incrementar producción y calidad y reducir costes

(Leer en pdf)

En 2015, el Gobierno de Navarra impulsó, a través de Sodena y CEIN, un programa de asesoramiento y aceleración de empresas para proyectos de agricultura y ganadería. Participaron en Orizont cerca de un centenar de personas y fueron 8 los elegidos. Uno de ellos, José Luis Bustos con su proyecto de tecnología para la agricultura Brioagro. Apoyo financiero, seis meses de aceleración, oficina, asesoramiento… contar como mentor a Florette y como soporte agronómico de viñedo a Evena han sido los beneficios obtenidos.

«En Brioagro ayudamos a los agricultores a mejorar su producción, gracias al sistema de monitorización de sus cultivos a tiempo real”

· Los cambios de las nuevas tecnologías empiezan a impulsar nuevas aplicaciones, sistemas … a la agricultura. ¿Estamos ante una nueva revolución agraria?
· Sí, la revolución tecnológica existe, aunque no hay una rápida implementación por la mayor parte de los agricultores. Yo la denominaría una revolución tranquila, por el grado de adopción de los agricultores de estas nuevas tecnologías. La realidad es que quienes han dado el primer paso le están sacando partido, sobre todo, en términos de eficiencia y en el conocimiento de información que antes desconocían y, por tanto, tomaban decisiones basadas, principalmente, en su experiencia y observación.

· Hablemos de eficiencia…
· Brioagro ya está poniendo su granito de arena en Navarra. Primero, porque existen muchas hectáreas de regadío, y muchas de cultivos hortícolas, que son dos de los principales destinatarios de nuestras soluciones, además de cultivos leñosos. Conseguimos mejorar significativamente el manejo del riego agrícola a la medida de cada tipo de suelo y adaptado al estado del cultivo, eso le permite al agricultor ahorros que oscilan entre el 20% y el 40% de agua. Pero lo más importante no es eso, es que saben lo que ocurre en su suelo, y cómo afecta el crecimiento de su cultivo, quedando en el pasado eso de regar a ojo.
En segundo lugar, porque estamos trabajando en el viñedo navarro, aportando información del riego y, también y más importante para este sector, aportando información relacionada con la prevención de enfermedades y la mejora de la calidad de uva.
Y en tercer lugar, porque Navarra destaca por su industria agroalimentaria, y la información que vamos recopilando a tiempo real, no sólo ayuda al manejo agrícola, sino que se convierte en un magnífico aliado de la planificación industrial agroalimentaria.

«El futuro guarda relación con los datos. Cuanta más información dispongamos, mayor fiabilidad y precisión obtendremos”

· ¿En qué consiste el sistema?
· Ayudamos a los agricultores a mejorar la información que obtienen sobre la evolución de sus cultivos mediante la monitorización a tiempo real, de las principales variables en las que pueden intervenir. Midiendo siete variables fundamentales, tanto de ambiente como de suelo, que junto a predicciones meteorológicas geolocalizadas permiten al agricultor conseguir la máxima producción, con la mejor calidad, reduciendo el consumo de agua, fertilizantes y energía. Entre las variables que controla el agricultor están la humedad de suelo, a distintas profundidades, conductividad (para conocer las sales minerales del suelo) y temperatura, y en ambiente, temperatura, humedad, luminosidad y humectación de hoja. Integrando en nuestros cuadros de mando datos meteorológicos geolocalizados más previsiones de lluvia, nubosidad, humedad relativa, velocidad y dirección del viento.

· La aplicación del Big Data y la minería de datos es fundamental para la detección de enfermedades en el campo, ¿qué eficacia calcula que podemos conseguir hoy en día con esta nueva tecnología? ¿y en el futuro?
· Cuantos más datos tengamos, mayor será el grado de fiabilidad de los patrones y resoluciones que obtengamos de los mismos. Las conclusiones que estamos extrayendo es que no hay fórmulas magistrales, ni café para todos, aquí cada finca, y cada cultivo tiene sus peculiaridades, y las conclusiones extraídas de las condiciones climáticas de una zona de la ribera de Navarra, no se parecen apenas a las de la zona media; y tu finca, respecto a la de tu vecino, tiene condiciones ambientales diferentes, que hacen que una enfermedad o plaga se comporte diferente. El futuro guarda relación con los datos, a mayor número de datos dentro del sistema, mayor fiabilidad de los algoritmos predictivos, y con más sensores, más información, más históricos, mejoraremos el grado de precisión, y por tanto de anticipación.

· También, ¿el conocimiento de los datos puede significar que las producciones agrarias, además de ser menos costosas, sean más abundantes?
· La agricultura, o mejor dicho el AGTECH, tecnología para la agricultura, está avanzando, no solo en Big Data, TIC, también robótica, biotecnología. Hay otras disciplinas volcadas en el reto de producir más alimentos para una población que crece de manera exponencial, que pide productos cada vez más naturales y ecológicos, y que debe enfrentarse a un cambio climático, que nos trae cada año nuevos records de subidas de temperaturas y escasez de agua.

· Con estas nuevas tecnologías ¿es posible mantener la misma calidad en los productos alimentarios?
· En líneas generales hay un aumento, porque tienes más datos y te anticipas a los problemas, y por tanto a las mermas. Antes, la manera de darte cuenta de un problema era por la decoloración, manchas,…. es decir, porque saltaba a la vista el problema. Ahora, nuestros indicadores y las alarmas colocadas a tal fin te avisan cuando hay una variación o anomalía, y tienes tiempo incluso de sacar un diagnóstico a través de nuestro sistema, o de complementarlo con otro tipo de diagnosis (análisis de suelo o savia), pero gracias a nuestro sistema, has podido anticiparte, y eso redunda en la calidad del cultivo final.

· ¿Pueden aprovecharse las pequeñas explotaciones agrarias de las nuevas aplicaciones tecnológicas?
· Sí, claro que sí. De hecho, empresarialmente así hemos hecho nuestro desarrollo. Primero, resolviendo el problema de los pequeños agricultores a los que les colocamos un solo dispositivo de campo, y con mayores productores, usando tecnología en red, para monitorizar mayor número de puntos, en función de las necesidades de cada finca/cultivo. Y para grandes extensiones, pasamos de dar recomendaciones de riego a actuar en él, regando sólo cuando la planta tiene necesidad. Es lo que llamamos riego inteligente o domótica del riego.

· ¿Cómo ve el futuro de la agroalimentación?
· Lo veo como un reto. Las necesidades de alimentos en un futuro nos obligan a todos a ponernos las pilas para satisfacer a los distintos tipos de clientes de la industria agroalimentaria. Así, que lo veo positivo y como un reto, para todos los actores.

· ¿Puede poner un ejemplo de la mejora de producción, rebaja de costes y reducción de pérdida de producto al aplicar la tecnología de Brioagro?
· El mejor de nuestros ejemplos lo tenemos en un pueblo de la Sierra de Almería, en Berja, con aguas de alta calidad provenientes de Sierra Nevada, como ocurre aquí en Navarra, que las aguas son buenísimas. Este agricultor de calabacín es el más disciplinado de los que tenemos, y no para de hacer ajustes, gracias a la información que obtiene de nuestro sistema. La producción promedio de calabacín de la zona ronda los 7 kg/m2, mientras que él está consiguiendo con una calidad constante unos 14,2 kg/m2. Como él dice, no lo usa más gente, porque no saben lo que es, porque hasta que no lo ves en tu campo, con “tus maticas”, no empiezas a sacarle partido.

(PDF: ESPECIAL LA NUEVA ECONOMÍA NAVARRA – Diario Noticias Navarra)

«El futuro de la industria agroalimentación se presenta como un reto en la que participan todos los actores”

La agricultura en el desierto

Mapa-de-El-SahelUna franja de tres millones de kilómetros cuadrados de aridez se extiende desde el Atlántico al mar Rojo, bañando con sus altas temperaturas las regiones más pobres del planeta. En el Shael, “el cinturón del hambre”, cuando aún la humanidad no se había percatado del cambio climático, ya se sufrían sus consecuencias. Las sequías se tornaban incansables, extremas, y el desierto avanzaba imparable entre sus intestinos a hombros de la deforestación, cuyas llamas avivaba una población creciente que encontraba en la leña el único recurso para cocinar y calentar sus entumecidas extremidades.

Desde la década de los 70 pocos han podido gozar de bonanza en esta tierra olvidada, en aquellos años y durante los 80, varios periodos de hambruna flagelaron los estómagos de Sahel de un extremo al otro cobrándose, sólo en la última sacudida, más de 100.000 vidas.

Yacouba-Sawadogo

Un agricultor burkinés Yacouba Sawadogo, ha conseguido volver fértiles más de tres millones de hectáreas de tierras desérticas. Ha conseguido frenar el imparable avance del desierto en su país usando una técnica de agricultura tradicional denominada «Zaï», aunque adaptándola a los tiempos modernos.
Este método consiste en cavar hoyos de unos veinte centímetros en los que se deposita estiércol y compost al lado de las semillas. Tras tres años de experimentación, este obstinado burkinés se convence de que el «Zaï» puede ser la solución definitiva para parar al desierto.

El estiércol atrae a las termitas, que digieren la materia orgánica liberando más nutrientes para las plantas, y crean una red de galerías que ayuda a que el agua circule bajo la tierra cuando llueve. Asimismo, se extienden en los campos los pierreux cordonés, largas hileras de piedras que retienen y embalsan el agua de la lluvia y evitan la erosión.

Con el tiempo, los resultados fueron cautivando las miradas de los propios habitantes, después las de las autoridades burkinabesas y, finalmente, las de los expertos internacionales de la FAO y el Banco Africano de Desarrollo. Así, el movimiento que inspira este campesino ha plantado millones de árboles en una zona de cientos de hectáreas que ya hace mucho que fue deforestada.

Desde entonces, su ingenio se viene exportando con éxito a otros países de la región, y constituye una prueba de que las soluciones a los problemas residen dentro del propio continente. Una razón práctica, que puede servir de soporte para el discurso afro-optimista sobre el presente y el futuro de la mayoría de países africanos, un discurso que ha desbancado al tradicional afropesimismo, un relato trágico y pesimista sobre África que se inspira en las tesis hegelianas del siglo XIX.

Chris Reij, uno de los mayores expertos mundiales en recuperación de tierras áridas, que trabaja para el Instituto de Recursos Mundiales de Washington y la Universidad Libre de Amsterdam, ha reconocido que “Sawadogo por sí solo ha tenido más impacto en la conservación del suelo y el agua en el Sahel que todos los investigadores nacionales e internacionales combinados”. Mientras que Ali Oudregou, técnico del Ministerio de Agricultura burkinabés, afirma que han “visto los resultados extraordinarios de su sistema, que permite a los campesinos duplicar y hasta triplicar sus cosechas“.

Os dejamos el trailer subtitulado al español de la película documental de la BBC que recoge la increíble historia de Yacouba Sawadogo ‘The Man Who Stopped The Desert’ / ‘El hombre que detuvo el avance del desierto’

 


Fuentes: Airy Domínguez Teruel de greenpcomunicacion | Udare | csaranjuez | Noticias Positivas de ABC


 

Huella Hídrica

La población de los países desarrollados utilizan una gran cantidad de agua para beber, cocinar, lavar y otras actividades sin preocuparse, en su mayoría, del daño que puede causar el uso desmedido de este recurso natural. La huella hídrica se centra en el uso de esta en la producción de bienes tales como alimentos, papel, prendas de algodón, etc.

La huella hídrica es un indicador de uso de agua que tiene en cuenta tanto el uso directo como indirecto por parte de un consumidor o productor. La huella hídrica de un individuo, comunidad o comercio se define como el volumen total de agua dulce que se utiliza para producir los bienes y servicios consumidos por el individuo o comunidad así como los producidos por los comercios.

El interés por la huella hídrica se origina en el reconocimiento de que los impactos humanos en los sistemas hídricos pueden estar relacionados, en ultima instancia, al consumo humano y que temas como la escasez o contaminación del agua pueden ser mejor entendidos y gestionados considerando la producción y cadenas de distribución en su totalidad.
Fue el catedrático Arjen Y. Hoekstra el creador del concepto de la huella hídrica hace relativamente pocos años, cuando se comenzó a preocupar por la relación de los problemas hídricos y la estructura de la economía mundial. Muchos países han externalizado significativamente su huella hídrica al importar bienes de otros lugares donde requieren un alto contenido de agua para su producción. Este hecho genera una importante presión en los recursos hídricos en las regiones exportadoras, donde muy a menudo existe una carencia de mecanismos para una buena gobernanza y conservación de los recursos hídricos. No solo los gobiernos sino que también los consumidores, comercios y la sociedad en general pueden jugar un papel importante para alcanzar una mejor gestión de los recursos hídricos.
Desde BrioAgro queremos que los agricultores sean conscientes de la importancia que tiene disminuir el impacto medioambiental e hídrico que implican nuestras acciones. Por ello, la sensorización y monitorización de los cultivos y campos extensivos o intensivos ayuda al cuidado del uso que se le da a ese recurso natural limitado tan valioso, como es el agua.
Huella Hídrica
Huella Hídrica

La producción agrícola deberá aumentar un 70%

McKinsey señala que para alimentar a 9.000 millones de personas en 2050 deben aumentar la producción agrícola un 70% a través de incentivos estatales e innovación tecnológica en el campo

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Escasez de producción

En el año 2050, el planeta Tierra estará habitado por más de 9.000 millones de personas. Un crecimiento demográfico que requerirá de un 70% más de alimentos de los que hoy produce la población mundial. Además, el aumento de las clases medias a nivel global se traducirá en un aumento de la demanda de carne y otros alimentos ricos en proteínas mientras que, paralelamente, el cambio climático podrá acabar con algunos importantes nichos agrícolas. Una previsión del aumento de la demanda que deberá sumarse al tradicional aumento del precio de algunos productos básicos de la dieta como el trigo y el arroz, que llevan encareciéndose a lo largo del a última década. La volatilidad de los precios de estos productos ha provocado una inestabilidad en los mercados que previsiblemente continuará.

La planificación.

Un difícil panorama descrito por la consultora estratégica McKinsey & Company para la que propone un enfoque de la producción agrícola basado en cuatro ejes:

  1. una producción cultural más eficiente que se aproveche de las tecnologías y prácticas más innovadoras,
  2. un enfoque de comercio e inversión a medida,
  3. el establecimiento de mecanismos de buen funcionamiento en los mercados internos y sus economías
  4. y, por último, la creación de reservas estratégicas de comida y agua en cada país.

Los_precios_de_los_principales_productos_alimenticios_son_cada_vez_mas_volatiles

Prácticas innovadoras.

El informe presta una especial atención al empleo de métodos y tecnologías innovadoras combinadas con una planificación y estrategia de producción agrícola destinadas a fortalecer las ventajas competitivas del país. Habría que acompañarlo todo con una política de subsidios, destinados tanto a productores como consumidores, que fomenten la innovación y la compra de verduras del país. Asimismo, la consultora explica que las políticas agrícolas más efectivas son aquellas destinadas a facilitar el desarrollo de una cadena de valor de principio a fin, que permita a las compañías el acceso a financiación barata y unos riesgos compartidos. Por otro lado señala hacia una serie de medidas complementarias, como la correcta planificación de los recursos hídricos y la reducción del consumo de combustibles fósiles, que deberían sumarse a una apuesta por productos internacionalmente competitivos como cítricos, olivas, vegetales y pescados.

Fuentes:
http://www.mckinsey.com/insights/food_agriculture/from_liability_to_opportunity_how_to_build_food_security_and_nourish_growth
http://www.elmundo.es/economia/2015/04/08/55241bdd22601dbb598b456b.html

La fiabilidad de los sensores Decagon

​Los sensores ​Decagon son el fruto de una empresa con ​más de 25 años de experiencia. Su historia comenzó en 1983 cuando el Dr. Campbell empezo fabricando sensor a sensor, cada vez que necesitaba medir una variable en concreto; más tarde, se centro en la fabricación de  sensores para medir las variables que afectan al suelo (soil en inglés). Estos sensores comenzaron a tener mucho exito entre los agricultores de la zona y poco a poco se convirtieron en los sensores de referencia hasta que se formalizó la empresa Decagon.


Decagon se ha especializado en diferentes sectores donde ha elaborado y desarrollado diversos tipos de sensores para abarcar todas las necesidades del agricultor. Desde aquellos sensores que miden la humedad de la tierra (soil moisture), sensores que miden la hidrología (hydrology conductivity), sensores que miden el contenido volumetrico del agua (volumetric water content), entre otros.

​Los sensores ​Decagon miden la temperatura y ​tienen ​una gama especial de sensores para almacenar datos.


Acceso a Sensor.Brioagro.es

​Son muchos los técnicos e investigadores del sector agrícola
​que ​respaldan la fiabilidad y profesionalidad de los sensores Decagon​. Desde Brioagro hacemos uso de tecnología para medir mediante sensores de suelo las principales variables del sustrato.
 
Sensores Soil Moisture Decagon
Sensores 5TM Soil Moisture de Decagon

 

Optimizar recursos

 Bajo un escenario no sólo de escasez hídrica, energética y de mano de obra, sino que también de mayor dificultad en el acceso a cultivos y cambio en el uso de productos químicos por elementos más naturales y menos nocivos para la salud humana, la agricultura se ha vuelto un campo fértil y muy interesante para innovar y tratar de optimizar recursos.

Es así que son varias las instituciones del país, como la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), la Comisión Nacional de Riego (CNR), el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), universidades y privados, entre otras, las que están apoyando proyectos para cambiar y mejorar los procesos en el agro, de manera de que puedan impulsar su productividad y competitividad.

Existe una necesidad de cambio en el sector. Así lo revela la última encuesta realizada en mayo, sobre perspectivas de la industria para la temporada 2014/2015, de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA). En ella, se señala que se espera que los mercados externos, el dólar y condiciones fito y zoosanitarias se comporten favorablemente en los próximos cuatro años. Sin embargo, los encuestados proyectaron que la disponibilidad de mano de obra, seguridad en los campos y uso y gestión del agua son los aspectos más críticos y complicados para dicho período. De ahí, la importancia de incorporar nuevas tecnologías y sistemas a sus procesos.

Durante los últimos tres años, el FIA ha invertido alrededor de $ 1.250 millones para apoyar iniciativas de innovación en el agricultura. El director ejecutivo de la entidad, Héctor Echeverría, comenta que, además de maquinarias, se están haciendo innovaciones en el área de insumos y procesos. Sin embargo, lo que más se está realizando es la adaptación de tecnologías extranjeras a la realidad local.

Pese a ello, recalca que han surgido empresas nacionales que están desarrollando innovaciones a partir de licenciamientos internacionales, o creaciones totalmente chilenas. Acota que han ayudado a ello, las convocatorias que anualmente realiza la institución, donde se apoyan iniciativas que, además de responder a una problemática local, tienen posibilidades de ser patentadas y comercializadas en el mercado internacional.

Explica que lo importante es que las tecnologías contribuyan a disminuir los costos de producción, aumentar la productividad , optimizar recursos y evitar la accidentabilidad. Como ejemplo del impacto que se genera, menciona la creación de una máquina desbrotadora química selectiva para la industrinvernaderoia vitivinícola, la que está siendo desarrollada por Sargent Agrícola. El sistema preve ahorros de entre un 50% y 60% en el uso de mano de obra para la aplicación de químicos. un nuevo carro facilitador de cosechas de olivo, que reduce los tiempos de cosech
a. O el caso de controladores climáticos para invernaderos capaces de medir las necesidades de agua de las plantas.

En cuanto al uso del recurso hídrico, el secretario ejecutivo de la CNR, Patricio Grez, señala que dentro del presupuesto para este año, que llega a los $56 mil millones para diversos proyectos de riego, cuentan con $ 2.700 millones para iniciativas innovadoras, las cuales están enfocadas en la masificación del uso de Energías Renovables no Convencionales en los sistemas de riego tecnificado y la instalación de equipos o aplicación de procesos que permitan la recuperación de aguas contaminadas con elementos físicos, químicos u orgánicos.

 

 

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