Riego en almendros para obtener el máximo rendimiento

Un estudio de las universidades de California y Córdoba afirma que el Riego en Almendros para que el cultivo ofrezca su rendimiento máximo, cifrado en 4.000 kilos por hectárea, precisa 12.500 metros cúbicos por hectárea.  A medida que se reduce la aportación de riego por debajo de esta cifra, disminuye la producción y aumenta la productividad del agua, es decir, la producción que se obtiene por cada metro cúbico de agua de riego.

El uso del agua en las plantaciones de almendro en California, máxima potencia mundial en la producción de este cultivo, y los periodos intensos de sequía que ha sufrido este Estado, llevan años preocupando a los agricultores dedicados a este tipo de explotaciones. Este problema es lo que llevó al investigador de la Universidad de Córdoba, Elías Fereres, a colaborar con el científico de la Universidad de California David Goldhamer en un estudio con el objetivo de determinar la relación entre cantidad de agua de riego y producción para los productores californianos de almendro.

El trabajo realizado durante cinco años a base de experimentos en 80 parcelas de almendros, sometidas a diferentes cantidades de agua y en una finca en el Sur del Valle de San Joaquín de California, ha logrado desarrollar la fórmula exacta para que el agricultor pueda determinar la dotación de riego y con ello la rentabilidad de la cosecha antes de comenzar la plantación. Según el catedrático de Producción Vegetal de la UCO, Elías Fereres, el estudio ha permitido afirmar que para que el cultivo de almendro ofrezca su rendimiento máximo, es decir, 4.000 kilos de almendra por hectárea, se necesitan 12.500 metros cúbicos por hectárea en el Sur del Valle de San Joaquín, una zona de clima muy similar al Valle del Guadalquivir pero con mucha menos lluvia anual (100mm).

De su análisis se deduce también que a medida que se reduce la aportación de riego por debajo de la cifra citada, disminuye la producción y aumenta la productividad del agua, esto es, la producción que se obtiene por metro cubico de agua de riego. La cifra media obtenida de la productividad del agua es aproximadamente un cuarto de kilo por metro cúbico de agua. Así, conociendo el precio de mercado del kilo de almendra es posible ponerle precio al metro cubico de agua. Un ejemplo: si el precio del kilo de almendra está a 4 euros –250 gramos costarían un euro- , el valor del metro cubico de agua no podría superar un euro como máximo.


Esta investigación, publicada recientemente en la revista Irrigation Science, permite al agricultor planificar las necesidades de agua para riego con margen de tiempo y, ante periodos de sequía, tomar decisiones sobre si debe comprar agua, si utilizar el agua de pozos de su propiedad o construir otro nuevo o compartir el agua disponible con otros cultivos. Según Fereres, los agricultores californianos dedicados a la explotación de almendro ya están usando esta información para regar en las cantidades adecuadas y la máxima productividad. Además, el catedrático indica que desde hace años se están llevando a cabo investigaciones similares en Córdoba por parte de un equipo conjunto de la UCO, IAS-CSIC e IFAPA y cuyas conclusiones están a punto de ver la luz.

Con este estudio se pueden conocer también las necesidades hídricas exactas por hectárea en una explotación, lo que contribuye a que se haga un uso sostenible de un bien tan preciado como el agua.

Goldhamer, DA; Fereres, E. Establishing an almond water production function for California using long-term yield response to variable irrigation.

IRRIGATION SCIENCE. Volume 35, Issue 3, pp 169–179 Mayo 2017.

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Erosión de los suelos

La erosión es el fenómeno de eliminación gradual de los materiales de la superficie del suelo, debido a agentes químicos, físicos, biológicos y antrópicos. La entidad del fenómeno depende da la velocidad del mismo, el suelo se degrada cuando la velocidad de perdida de las partículas es mas rápido de la generación de nuevo suelo.

Se distinguen tres tipos de erosión: hídrica, glacial y eólica.

Erosión hídrica

La erosión hídrica sucede cuando la velocidad de caída del agua es superior a la velocidad de infiltración de suelo, y es una de la mayores causas de perdida de productividad de las tierras agrícolas. La erosión en los suelos agrícolas provoca el desgaste de la “capa cultivable”, reduciendo el contenido de nutrientes, micro fauna y sustancia orgánica y llevando a una reducción de fertilidad.

El proceso de erosión hídrica está influenciado por varios factores:

  • Las características de las lluvias
  • Las prácticas agrícolas
  • La topografía del terreno
  • La cobertura del terreno

Según el último informe de Reforesta, casi el 40% del suelo de España sufre riesgo de desertificación, y la reducción de la erosión es uno de los objetivos de la PAC.

Como proteger nuestros suelos de la erosión

Entre las prácticas más habituales que podemos realizar para evitar la erosión estan:

  • Mantener el suelo con cobertura vegetal, reduce aproximadamente 95 veces el potencial erosivo de las lluvias en comparación con un terreno desnudo.
  • Mantener la cobertura del suelo con residuos de cosecha y favorecer la siembra directa.
  • Las rotaciones de cultivos ayudan a mejorar la estructura del suelo y evitar así la compactación del mismo.
  • Adaptar los intervalos de riego a la necesidad del cultivo, ajustando la intensidad del riego.
  • Reducción de la pendiente del terreno.
Plantación de olivar con cubierta vegetal
Plantación de olivar con cubierta vegetal

Todas estas medidas de control son necesarias para prevenir la erosión hídrica y así preservar la fertilidad de los suelos, mejorando la calidad de las producciones y ayudando a proteger el medio ambiente.

La vid

La vid es un arbusto leñoso con flores que tiene una vida muy larga, empezando por un largo periodo juvenil de entre 3 y 5 años, durante la cual no es capaz de producir flores y en general las yemas que se forman durante un año, no se abren hasta el año siguiente. La vid es una planta que requiere de un cuidado máximo en sus comienzos y un control exhaustivo de todos los elementos externos para que su crecimiento y desarrollo sea correcto puesto que no puede renovarse con facilidad. Es una planta que requiere ser cultivada hasta cierta altura y en cuanto a temperatura, la vid aguantar son hasta -20 ºC.

De la vid nacen sus hojas verdes que captan el oxigeno suficiente para crean las moléculas de los ácidos y azúcares que se van a acumular en el grano de la uva condicionando su sabor. La sensorización en este tipo de plantación es algo imprescindible teniendo en cuenta la calidad que se busca siempre en el sabor del fruto, el vino.

Nada más finalizar la vendimia, el terreno cultivado demanda limpiar y arar la tierra para que se airee antes de plantar la vid.
El invierno es la época indicada para la poda. La cepa sólo conserva los sarmientos del año anterior y no se aprecian ni hojas, ni flores, ni frutos. Es necesario suprimir los sarmientos del año anterior y sólo se conservan las yemas que establece la normativa de cada Consejo Regulador, que en el caso del Rioja varía entre 10 y 12 yemas por cepa.

En primavera se vuelve a arar y remover la tierra. Es el momento en el que comienzan a salir nuevos brotes, de los que se eliminarán los que no sirven y los que salen por debajo del injerto. Durante la primavera, las vides florecen y son polinizadas. Comienzan entonces a formarse los granos de uva. A finales de primavera se vuelve a arar la tierra.

La época de verano es propicia para arrancar las malas hierbas y tratar las viñas contra posibles enfermedades. Los granos de uva engordan paulatinamente y su color varía del verde brillante a un rojo pálido -en el caso de las tintas- y amarillo claro, en las variedades blancas.

Una vez que la uva alcanza al grado óptimo de maduración -a comienzos del otoño- se procede a la vendimia, la época del año de mayor trabajo.

viñedos
Un campo de viñedos

Los olivos

El olivar esta repartido por toda la geografía española y concentrado, en su mayoría, en tierras andaluzas. Estos árboles pueden crecer en suelos pobres en nutrientes, siempre que estén bien drenados y necesitan mucho sol para producir el fruto e inviernos moderados para que éste se desarrolle, por ello, los olivos son un cultivo adecuado para esta zona del sudeste español.

Antes de plantar los olivos hace falta un trabajo previo par acondicionar el terreno. El proceso consiste en quitar las raíces de otros arboles y arbustos, nivelar la tierra, etc. Una vez se ha conseguido la limpieza, los agricultores expertos aconsejan cultivar cereales durante un periodo de 1 o 2 años para eliminar todas las raíces que hayan quedado y minimizar la incidencia que esas raíces putrefactas puedan afectar a los arboles.

A la hora de plantar el árbol, se debe arar la tierra y antes de añadir ningún fertilizante, se recomienda realizar un análisis del suelo, recogiendo muestras a diferentes profundidades. También se tiene en cuenta la fechas en las que los agricultores recomiendan dicha plantación; se habla de febrero o marzo en las zonas más frías para con ello evitar el peligro de las heladas y, noviembre y diciembre en las zonas de clima templado.

Otro aspecto que el agricultor debe tener en cuenta, es el esquema de plantación de los olivos. Este, dependerá del sistema de cultivo que se vaya a aplicar y, que corresponde al criterio de plantación bien sea intensivo o no. Si hablamos de un suelo fértil y una zona donde abundan las lluvias la densidad de árboles será mayor. Por otro lado, si hablamos de un suelo poco fértil se reduce la plantación a menos de 200 árboles por hectárea.

La poda es necesaria para adaptar los árboles olivos a las condiciones climáticas de la zona y para aumentar la productividad de la plantación. los objetivos de la poda son, equilibrar la masa de vegetación con la producción de frutos, reducir las etapas no productivas, prolongar la productividad, retrasando así su senectud.

Tanto el riego, como el cuidado de los factores externos que afectan a la plantación, o la cantidad elementos (calcio, potasio, fósforo, magnesio, boro) son aspectos que pueden controlarse mediante la sensorización de dichos agentes mediante el análisis de la conductividad, la temperatura, incluso bajo tierra. Sensorización que nos permite saber que es lo que necesita nuestra plantación para que con ello consigamos un producto de alta calidad y evitemos poner en peligro nuestro cultivo por incidencias del tiempo, plagas y enfermedades.

 

 

Foto Olivos

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