Difícil primavera para el olivar de secano

Este año se ha presentado una difícil primavera para el olivar de secano, a pesar de ello el proyecto Gen4olives sigue evolucionando, con grandes dificultades que han empezado a manifestarse durante este mes de abril, tradicionalmente lluvioso pero que este año no ha traído ni una gota al sur de la provincia de Sevilla. Además, se ha visto agravado por las altas temperaturas en semanas decisivas para la floración, lo cual ha generado un déficit hídrico excesivamente alto para esta época del año.

En esta información, nos centramos en los datos de la Finca Santa Bárbara, ubicada en Lora de Estepa, Sevilla. Mostramos los datos de humedad del suelo a 2 profundidades desde enero hasta junio, donde se puede apreciar el estrés hídrico en las raíces del olivar a diferentes niveles, llegando incluso al punto crítico de marchitez permanente durante varios días.

Enfocándonos en abril y la primera quincena de mayo, analizaremos el déficit hídrico en la parte aérea del olivar, donde se observa que el cultivo ha experimentado muy pocos días/horas con niveles de humedad admisibles. La mayor parte del tiempo, los niveles se han mantenido altos y fuera del rango admisible, lo que indica un verdadero estrés hídrico en los árboles, con poca cantidad de agua por kilogramo de aire.

Por último, cabe destacar que nuestra zona de medición con sensores continúa proporcionando datos confiables para su posterior análisis. Además, hemos mejorado la zona de seguimiento con imágenes al instalar una segunda cámara en la Finca Santa Bárbara. Con esta nueva adición, podemos realizar un seguimiento en 360 grados y, gracias a Agricolus, hemos colocado placas con códigos QR en cada árbol para identificarlos en las imágenes.

En la foto se puede apreciar la cámara en el centro de la calle, a la derecha están los sensores de clima y suelo de BrioAgro, y en los olivos se encuentran los códigos QR para el seguimiento.

Las soluciones frente a la sequía se encuentran en la tecnología punta

El diario austriaco DerStandard responde a la pregunta ¿donde están las soluciones? Destacando de BrioAgro sus innovaciones de tecnología punta para ayudar a la agricultura ante la escasez de agua, consecuencia del cambio climático.
El pasado 1 de mayo publicaba el prestigioso periódico austriaco «Der Standard» un artículo sobre: STAUBTROCKENE ÄCKER (LOS CAMPOS SECOS), titulado: La sequía en España pone a los agricultores en estado de emergencia: ¿qué significa eso para los precios de las verduras? En el artículo se centra en profundidad de la realidad de un país «Despejado y cálido» conocido así por los millones de turistas que lo visitan cada año, un país cuyo futuro se ve amenazado por una «interminable sequía es una pesadilla para la agricultura y la ganadería». Incluimos parte del artículo donde hace referencia a BrioAgro y a sus colaboradores:

¿Dónde están las soluciones?

Las soluciones se encuentran en tecnología de punta, digitalización y tecnología de sensores. No es que el Almería no pensara y planificara con antelación. Incluso si las consecuencias del cambio climático probablemente eclipsarán las previsiones. Sin el uso generalizado del riego por goteo durante décadas, casi nada crecería en España de todos modos. Y se utiliza claramente en la plantación extensiva de olivos o en viticultura. “El ahorro de agua está en el corazón de nuestra empresa”, dice a STANDARD José Luis Bustos, responsable de BrioAgro. Desde los inicios de su startup, ahora puede contar con más de 500 instalaciones, casi 100 de ellos clientes muy reconocidos. Y sin dejar su foco puesto en el «mar de plástico» cercano a Almería entre El Ejido, Roquetas del Mar y el Campo de Níjar, en el parque natural de Cabo de Gata o en las costas de la comunidad autónoma de Murcia, donde se encuentran las «invernaderos vegetales de Europa». También en Portugal, Italia y otras regiones españolas donde el agua de lluvia es escasa, como Cataluña, Aragón, en Navarra o cerca de Valladolid (Castilla y León). .

Satélite y solar

Sus clientes incluyen productores de cultivos de hoja y lechuga para una cadena de comida rápida estadounidense. No importa si se trata de cítricos o frutas y verduras subtropicales que requieren mucha agua, como el aguacate, que se produce también en el sur de España: «La mayoría de los agricultores confían en sus ojos cuando se trata de riego», continúa Bustos: «Pero nuestro sistema está completamente automatizado, con análisis de imágenes satelitales y sensores alimentados por energía solar para la medición hidrológica, somos mucho más precisos». Bustos está trabajando actualmente en múltiples proyectos vinculados con el ahorro de agua, como un proyecto de la UE (Gen4Olives) con España e Italia para analizar minuciosamente los olivos que crecen sin aporte de riego durante un año extremo. Bustos insiste que además de soluciones en tecnología, hay un un concepto global que va desde la renaturalización del paisaje fluvial, la plantación de árboles en altura para almacenar agua hasta el embalse del agua del río en la desembocadura del mar, pasando por la reutilización de las aguas usadas y, por supuesto, la expansión de la desalinización de agua de mar. Cada gota cuenta aquí, porque después de que el nivel de las aguas subterráneas locales haya descendido drásticamente durante décadas, no hay lluvia suficiente para su reposición. La desalinización del agua de mar está proporcionando el agua necesaria para el cultivo cerca de la costa. «El agua desalada es más cara, pero aún así, es mejor que no tener agua», dice Bustos. Además, los avances tecnológicos han reducido significativamente el coste de la desalinización. Él ve otra oportunidad futura en los geles biodegradables que almacenan agua y nutrientes en el área de la raíz y los liberan cuando se necesitan. Y dado que los sellos orgánicos no dan ninguna indicación sobre el uso del agua, Bustos es partidario de que el consumo de agua del producto sea trazable para los consumidores.

«Cada vez más restrictivo»

Roberto Chaves Álvarez de Deeper Agro 4.0 y Fuensol 2006, con sede en Valladolid (Castilla y León), trabaja con 14 contratistas de riego en la cuenca del río Duero, una importante región vitivinícola del centro de España. “Actualmente se está reduciendo significativamente el consumo de agua”, dice en la entrevista de STANDARD. «Solo regamos con agua subterránea, actualmente el límite es de alrededor de 4.800-6.000 metros cúbicos por hectárea. Cada vez es más restrictivo cuando se trata de regar nuestra superficie». Las reservas de aguas subterráneas estarían al límite y difícilmente se llenarían con lluvias y nevadas. Se cultivan menos patatas o remolachas y también, debido a la subida de los precios, más trigo y girasoles. En el caso del vino, Ribera de Duero y Rueda, la subida de precios esperada para los clientes de Austria está más ligada a los precios más altos de la botella y el corcho y el transporte que a la falta de agua, subraya Chaves Álvarez: “Pero años secos y calurosos También puede ser bueno para las cosechas de vinos excelentes, como el año pasado».
A farmer on the outskirts of Madrid. The agricultural producers won't let themselves be defeated that quickly, many of them know how to deal with the drought better and better.
Photo: AP/Paul White

Los precios aumentaron

A la pregunta de STANDARD, la WKO dijo “que cada vez es más difícil cultivar frutas y hortalizas en España debido al cambio climático”. Sin embargo, también ha habido cosechas récord en los últimos años porque los productores son flexibles, utilizan nuevas tecnologías y, por lo tanto, se están volviendo más efectivos. Sin embargo, el año anterior fue un año más débil con menos rendimiento, lo que hizo subir los precios alrededor de un diez por ciento. Esto también se reflejó en las exportaciones a Austria, donde los volúmenes cayeron o se estancaron. Sin embargo, los resultados de la cosecha a menudo difieren de un cultivo a otro. Por ejemplo, la cosecha de fresas de este año no ha sido buena (octubre demasiado caluroso, enero y febrero demasiado fríos), mientras que la de albaricoques será abundante. Según los expertos, la ola de calor actual no provoca por sí misma un cambio importante en los rendimientos y precios, porque las olas de calor en España son hasta cierto punto normales. “Sin embargo, si hay tantos días calurosos como el año anterior (cuando la temperatura anual fue un 1,7 por ciento más alta que el período de referencia 1981-2010) y la precipitación será inferior al promedio (año anterior 84 por ciento del período de referencia 1981-2010) 2010), volveremos a ver un año desafiante», según la WKO.

¿Hay futuro bajo plástico?

La ingeniera agrónoma italiana Francesca Berti de Bolonia, está trabajando en su tesis doctoral en la universidad de Almería y trabajando en BrioAgro. Sin embargo, su tema no es la gestión del agua, sino los sustratos y fertilizantes biológicos, que desarrolla a partir de los residuos de la producción agrícola de la región y también de las algas. «La agricultura de invernadero es un sistema complejo y holístico«, dice ella. «Todos los elementos juegan juntos: por supuesto, el agua, los nutrientes, el sustrato como el suelo y el calor». Con la tecnología digital y de sensores, el proceso de crecimiento hasta el producto final puede hacerse extremadamente eficiente y optimizarse continuamente», da esperanza: y los factores de estrés como la falta de agua o el calor extremo pueden reconocerse temprano y contrarrestarse. Fuente: Jan Marot, 1 de mayo de 2023 – derstandard.at

Sensores instalados en el proyecto Gen4Olives

Gen4olive es un proyecto del #H2020 que tiene como objetivo acercar los recursos genéticos del #olivo a los productores y olivicultores. Se centra en las variedades de olivo de secano resistentes a las condiciones más exigentes.
El 28 de noviembre de 2022 fue la fecha elegida para realizar la instalación de dispositivos de medición y monitorización. Los dispositivos colocados por BrioAgro son un modelo denominado ViTA, configurado a medida para las necesidades del proyecto.


El DSB ViTA ( o Dispositivo de Seguimiento ViTA), es un datalogger alimentado con energía solar y con distintos sistemas de comunicaciones (Sigfox, Lora, LTE-M, Narrow Band o 3-4G), el sistema emplea el que mejor cobertura da. Como BrioAgro trabaja con multioperador, siempre recibe la mejor señal, independientemente de la compañía que tenga la torre repetidora más cercana.

En ambos casos a ese ViTA se le han conectado los siguientes sensores:
SUELO.

  1. Sensor de Humedad a 40 cm de profundidad
  2. Sensor de Humedad a 20 cm de profundidad
  3. Sensor de temperatura a 20 cm de profundidad
    La temperatura la medimos en ºC, mientras que la humedad de suelo la medimos por un lado en Litros/m3 (La cantidad de litris que hay en un m3 de suelo) y por otro en % respecto a la capacidad de campo, siendo 100% el valor de Capacidad de Campo y 0% el de Punto de marchitez permanente.
    Para aplicar esos valores relativos, se precisa hacer el protocolo de calibración de suelo de BrioAgro, que emplea un algoritmo probado en todo tipo de cultivos, suelos y microclimas, para establecer los valores exactos.
    SUPERFICIE. AMBIENTE.
  4. Temperatura (ºC)
  5. Humedad Relativa (%)
  6. Déficit Hídrico (g H2O/kg aire)
  7. Presión (mBar)
  8. Humectación de Hoja (%)
  9. Integral térmica activa (ºC)
  10. Integral térmica efectiva (ºC)
  11. Horas de frío acumuladas (ºC)

Finca nº 1. Variedad Arbequina: Lora de Estepa, 41564, Sevilla, Andalucía, España

Se instala justo en el momento de recolección, el sector donde se colocó el sensor se recolectó días antes.

Finca nº 2. Manzanilla: Estepa, 41560, Sevilla, Andalucía, España

Se instala justo semanas después de la recolección, en esta finca además de la colocación de sensores se colocó una cámara de vídeo preparada para la intemperie de alta resolución y rotación de 330º.

Cámara 330º al fondo, sensores a la derecha.

Monitorización satélite sectorizada.
BrioAgro proporcionará al proyecto GENOLIVE además los datos recopilados fruto del seguimiento a través del Satélite Sentinel de 15 indicadores, que se refrescan cada 5 días, con una resolución de 10 x 10 m por pixel. Son los siguientes indicadores:
1 GNDVI, 2 MSAVI, 3 MSAVI2, 4 NDII, 5 NDMI, 6 NDRE, 7 NDVI, 8 NDWI, 9 NDWI2, 10 RECI, 11 SAVI, 12 SIPI1, 13IPI3, 14 TCARI/OSAVI, 15 TSAVI.

Fincas seleccionadas para el proyecto Gen4Olives

Dentro del proyecto Gen4Olives, en el que trabajan conjuntamente la empresa Italiana Agrícolus y BrioAgro, se realizará la monitorización de la finca con satélite y posterior instalación de sensores en los olivares de secano de dos variedades:

Manzanilla: Más concretamente Manzanilla Sevillana, una variedad que en España no necesita utilizar variedades polinizadoras, cosa que si ocurre en otros países. Esta aceituna se caracteriza por tener mucha pulpa y una capacidad de producir aceite del entorno a un 20%. Este AOVE destaca por su personalidad de su aroma y por mantener en perfecto equilibrio sus notas amargas dulces y picantes. Sin duda, todo un lujo digno de los paladares más exigentes.

Arbequina: Su aceituna es pequeña, entra en producción con rapidez, tiene buen rendimiento. La principal característica del aceite arbequina es que es un aceite dulce, es decir, no tiene ningún regusto amargo. Algún aceite de arbequina puede picar en garganta, indicando simplemente que es fresco. En general, el aceite de aceituna arbequina es el adecuado para quien busca un aceite de oliva virgen extra de sabor suave.

Las fincas seleccionadas están localizadas en:

  • Arbequina: Lora de Estepa, 41564, Sevilla, Andalucía, España
  • Manzanilla: Estepa, 41560, Sevilla, Andalucía, España

Situados a 120 km de la capital de Andalucía, Sevilla. Ambas fincas están dentro de la provincia de Sevilla, en dos localidades vecinas. Entre ambas fincas solo distan 15 km.

Arbequina: Lora de Estepa, 41564, Sevilla, Andalucía, España

Ambas fincas forman parte de la sociedad cooperativa de segundo grado Oleoestepa, una empresa productora y comercializadora de aceite de oliva virgen extra fundada en 1986.
En la actualidad este grupo cooperativo agrupa a más de 7.000 agricultores con unas 62.000 hectáreas de olivar, lo que supone un ecosistema de más de 7 millones de olivos cultivados mediante técnicas de producción integrada y ecológica que garantizan su sostenibilidad.
Instalación.


Aunque la fecha prevista era a principio de 2023, tomamos la decisión de anticipamos y realizamos la instalación a finales de 2022, el 28 de noviembre, por suerte ha sido días antes de varias semanas de lluvia, que nos han ayudado a calibrar bien los sensores de humedad de suelo, así como ver cómo se comporta la humedad en distintas profundidades en un suelo, seco tras un largo periodo de sequía.
Cámara de seguimiento. En este proyecto se ha incluido el uso de cámara de vídeo de alta resolución, que soporte las duras condiciones del campo, y que sea alimentada por energía solar. Es una cámara que permite una rotación casi completa de aprox. 330 º.

Manzanilla: Estepa, 41560, Sevilla, Andalucía, España

Meteorología.
El aplicativo de BrioAgro permite monitorizar 15 indicadores meteorológicos, obtenidos a través de la geolocalización de la finca, estos indicadores son de gran ayuda, y no requieren inversión en sensórica de hecho muchos técnicos agrícolas que lo ha usado, dicen que para la toma de decisiones agronómicas es una herramienta más que suficiente, con el añadido de mostrar las previsiones de esos indicadores por horas a 7 y 15 días vista, que ayudan al agricultor a planificar mejor su próxima semana de trabajo.
Los indicadores de cada finca que se proporcionaran al proyecto GEN4OLIVES son:
● Temperatura ambiente (ºC)
● Humedad relativa (%)
● Presión atmosférica (mbar)
● Déficit de hídrico (g H2O / kg de aire)
● DPV-Déficit de presión de vapor (KPa)
● Radiación solar ultravioleta (índice UV)
● Cobertura de nubes (%)
● Lluvia [l / m2]
● Horas de sol (h)
● Velocidad del viento (km / h)
● Dirección del viento
● Punto de rocío (ºC)
● Integral térmica activa
● Integral térmica efectiva
● Horas de frío acumuladas

Medición de la calidad del aire y umbrales

BrioAgro lleva desde 2021 haciendo la medición de la calidad del aire de los vagones de Metro de Sevilla, usando sus dispositivos para medir la calidad del aire en invernaderos y espacios cerrados, incluso en algunos espacios rurales abiertos.
Los indicadores que proporciona BrioAgro a tiempo real a sus clientes con dispositivos en invernaderos, almacenes, fincas o edificios son:

Dispositivo de BrioAgro_Calidad_Aire_Invernaderos

  1. CO₂ medido en [ppm]
  2. Temperatura, medido en [ºC]
  3. Humedad Relativa, medido en [%]
  4. DPV (Déficit de Presión de Vapor), medido en [KPa]
  5. Déficit Hídrico, medido en [g H2O/kg aire]
  6. Formaldehído medido en [µg/m³]
  7. PM10 medido en [µg/m³]
  8. PM2.5 medido en [µg/m³]
  9. PM1 medido en [µg/m³]

Empleamos un dato de referencia para el dióxido de carbono (CO₂). Los valores ideales en estancias con personas o animales debe estar entre los 400 – 550 ppm, cuando se superan los valores de 1.000 -1.200 ppm hay que tomar medidas y ventilar.

Universidad Complutense de Madrid
medición de la calidad del aire
7 días de medición de la calidad del aire. Concretamente CO₂ [ppm] en un invernadero de Tomates de Almería, España. Diciembre 2022.

Medición de la calidad del aire. Partículas en suspensión

Un ingrediente principal de esta combinación son las partículas en suspensión (conocidas por sus siglas en inglés: PM). Las partículas en suspensión son materia sólida o líquida suspendida en el aire que nos rodea y normalmente se clasifican según su diámetro.

Nuestro vello nasal impide que las partículas de alrededor de 100 µm entren en nuestro organismo, pero son otras muchas, de menor tamaño que consiguen entrar, estás son las principales, según los estándares de mecidión de la calidad del aire:

  • Las PM10 son partículas en suspensión por debajo de 10 µm, estas partículas quedan atrapadas en la garganta.
  • Las PM2.5 están por debajo de 2,5 µm, estas partículas quedan atrapadas en los pulmones.
  • Las PM1 son, evidentemente, aquellas más pequeñas que 1 µm, que pueden traspasar todo hasta entrar en el flujo sanguíneo.

El pasado mes de septiembre la OMS endureció los límites sobre los niveles de la OMS, Organización Mundial de la Salud, estableció en septiembre de 2021 unos nuevos umbrales de contaminación del aire más restrictivos. Estos son los valores fijados por las directrices:

  • PM2.5 5 µg/m³ (media anual)
  • PM10 15 µg/m³ (media anual)

Otros contaminantes, medidos especialmente en el ambiente exterior de las ciudades:

  • O₃ (ozono) 100 µg/m³ (máximo diario de periodos de 8 horas)
  • NO₂(dióxido de nitrógeno) 10 µg/m³ (media anual) y 25 µg/m³ (media diaria)
  • SO₂(dióxido de azufre) 40 µg/m³ (media diaria)
  • CO (monóxido de carbono) 4000 µg/m³ (media diaria)

Fuente: OMS. Contaminación del aire ambiente

La lista de trastornos de salud asociados con las partículas en suspensión prácticamente no deja de crecer. Las PM se han vinculado con varias enfermedades pulmonares y con los ataques cardíacos, y están clasificadas como un carcinógeno de clase 1. No es de extrañar que la Organización Mundial de la Salud clasifique la contaminación atmosférica como el mayor riesgo medioambiental para la salud humana, siendo la causa de siete millones de muertes al año.

Los datos más actualizados de la propia ONU (de 2019) estiman que del 90% de la población mundial vive en zonas donde los niveles de concentración superaban los indicados en las directrices de la OMS sobre la calidad del aire de 2005 para exposiciones prolongadas a PM2.5.

Aunque los umbrales de seguridad que establece la OMS no son vinculantes, este paso resulta fundamental para que cada país decida si pone límites a cada contaminante y si establece los mismos de la Organización, tal como lo vienen haciendo muchas naciones en la actualización de sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC).

El 94% de los españoles respiraron aire contaminado en 2019, según Ecologistas en Acción
Los dos tipos de micropartículas, PM 2.5 y PM 10, suelen provenir de la quema de combustibles fósiles y son consideradas peligrosas para la salud al poder penetrar en los pulmones, aunque las primeras son aún más nocivas para la salud, ya que dado su pequeño tamaño pueden llegar a la corriente sanguínea, advierte la OMS.

Según la OMS, un 90 % de las muertes relacionadas con las partículas PM 2.5 pueden evitarse si se adoptan las nuevas guías, que no son en principio obligatorias por ley aunque de acuerdo con la organización son altamente recomendables, no solo para proteger la salud, sino para luchar contra el cambio climático.

Otros compuestos volátiles

COV (Compuestos Orgánicos Volátiles). Son sustancias químicas orgánicas que se convierten en gas a temperatura ambiente y son el principal origen de la contaminación del aire a nivel del suelo.

Se considera que los niveles bajos de concentración de COV son inferiores a 0,3 mg / m3. Los niveles aceptables de TCOV Totales varían de 0,3 a 0,5 mg / m3 de concentración. A partir de 0,5 mg / m3 de niveles de concentración de COV en adelante, la preocupación se considera considerable o alta.

Niveles de referencia:

  • Menos de 0,3 mg / m3 Bajo
  • 0,3 a 0,5 mg / m3 Aceptable
  • 0,5 a 1 mg / m3 Marginal
  • 1 a 3 mg / m3 Alto

Formaldehído. En un Compuesto Orgánico Volátil. Los COV más comunes presentes en el aire que respiramos son: acetona, arsina, benceno, etilenglicol, formaldehído, sulfuro de hidrógeno, cloruro de metileno, óxido nítrico, estireno, tetracloroetileno, tolueno y xileno, etc.

El formaldehído es un Gas tóxico muy volátil y común en espacios interiores, desde 2016 catalogado como cancerígeno 1B por la U.E. Es quizá la sustancia tóxica más común en los espacios interiores. En condiciones normales de temperatura y presión el formaldehído se presenta como un gas, con un olor punzante, intenso y penetrante. Es hidrosoluble y muy volátil.

Niveles de referencia:

  • No significativo : <20 µg/m³
  • Débilmente significativo : 20 – 50 µg/m³
  • Fuertemente significativo : 50 – 100 µg/m³
  • Extremadamente significativo : >100 µg/m³

España ya era una potencia en el aceite de oliva en el siglo II

La historia no para de reconocer la experiencia que desde siglos ha tenido España en la elaboración de aceite de oliva.

Si algún día visitan Sevilla, podrán encontrar a los pies de la Giralda una prueba de la potencia de Hispania en esta producción y comercio, más concretamente la que tenía como origen la BAETICA, la actual Andalucía.

Lápida con inscripción en latín en la base inferior derecha de la Giralda de Sevilla.
RIPAM BAETIS (La ribera del río Betis, el actual Guadalquivir)

La inscripción data de la segunda mitad del siglo II d.C. (CIL II, 1180), homenajea al caballero Sextus Iulius Possesor, hijo de Iulio, haciendo un repaso exhaustivo del curriculum existencial que había acumulado a lo largo de toda una vida repleta de cargos y responsabilidades; entre los cuales el de ayudante del prefecto de la annona, comisionado por el Estado para garantizar el abastecimiento de aceite de oliva bético y africano a Roma, y el de PROCURATOR AD RIPAM BAETIS. Este último cargo lo hacía responsable de regular y sustentar la navegabilidad del futuro Guadalquivir, de sus diques, sus puertos y sus canales contrarrestando de paso las consecuencias más o menos desastrosas de las inundaciones periódicas; de garantizar el carácter público de la vía fluvial y de mantener el buen estado de sus riberas e instalaciones portuarias; de conservar limpio y bien drenado el cauce, en un río de amplísima morfología que arrastra mucho lodo y tiene una madre bastante inestable; del correcto mantenimiento de los caminos de sirga, y de pagar y controlar a los mercaderes del aceite de oliva, envasadores, transportistas y corporaciones de barqueros (scapharii), directamente bajo su jurisdicción. Fueron éstos, en concreto, quienes le dedicaron el homenaje en Hispalis por la honradez desplegada en el ejercicio de sus funciones.

Mapa de la BAETICA (Gran parte del territorio actual de Andalucía)

Hay otras muchas pruebas que se han encontrado en los sellos de las ánforas romanas de aceite de oliva, como la que se muestra en la imagen inferior, donde, no sin dificultad, se puede leer: P O R P A H

P O R P A H – Inscrito en el asa de una ánfora de aceite de oliva romana.
  • POR, es posible que hiciera referencia a Portus o su almacén de aceite
  • PAH, es posible que hiciera referencia a Publius Haelius Adriano, el padre del emperador Adriano

Es decir, posiblemente la fuente de riqueza de la familia del posterior emperador Adriano, tendría su origen en los olivos de la Bética y las ganancias del aceite de oliva suministrado a Roma desde Hispania.

Ya saben, la próxima vez que visiten Sevilla, no dejen de hacerse una foto junto a la Giralda, y ya pueden contar una historia tan interesante como esta al identificar la base de la conocida como Giganta.

Fuente: academia.edu

Qué humedad de suelo hay en el olivar de secano

Qué humedad de suelo hay en el olivar de secano es la pregunta que va a responder el proyecto Horizon 2020 GEN4OLIVE donde la empresa española BrioAgro, junto con la italiana Agricolus están trabajando en consorcio.
Uno de los aspectos que medirán, con el máximo número de indicadores para sacar conclusiones, es el comportamiento de humedad de suelo a distintas profundidades en fincas de olivar de secano.

En el invierno de 2022-2023 colocaremos dispositivos de medición en fincas situadas en la localidad de Estepa, en la provincia de Sevilla, que está en la región de Andalucía, en España.

Estepa, está a 483 m sobre el nivel del mar, esa mayor altitud respecto al promedio de la provincia, hace que las temperaturas sean un poco más bajas. Su pluviometría media es de 463 mm anuales, con incidencia casi nula en los meses de julio y agosto.

Climograma de Estepa, Sevilla – Fuente: climate-data.org

El clima es cálido y templado en Estepa. Hay más precipitaciones en invierno que en verano y la temperatura media anual en Estepa se encuentra a 17.0 °C, con temperaturas máximas en julio y agosto cercanas a 34 ºC. Con más de 9 horas solares de promedio en el año, alcanzan las 12,8 en el mes de julio.

El comportamiento del agua en el suelo no siempre sigue un patrón de infiltración.

En #olivar de secano, la medición con sensores juega un papel importante a la hora de comprobar la penetración del agua a diferentes profundidades.
En el proyecto #ResOILent, financiado por Horizon 2020 GEN4OLIVE, desde BrioAgro España estudiamos con sensores capacitivos el comportamiento de la humedad a diferentes profundidades según el estadío del cultivo, situándonos en zona de mayor volumen radicular y en zona de percolación.

Sondas capacitivas colocadas a dos profundidades, según la edad del olivo. Por tener una referencia genérica, la primera profundidad estará entre 20 y 30 cm (buscando medir en la zonda de mayor concentración de raíces) y la segunda entre 50 y 60 cm.

Mapa de la España agrícola

La España agrícola: ¿qué se cultiva y dónde? comarca a comarca.


Si bien la tierra cultivada en España es insuficiente para abastecer el consumo del país, según indicaba el estudio titulado ‘Land embodied in Spain’s biomass trade and consumption (1900–2008): Historical changes, drivers and impacts’ publicado en la revista Land Use Policy. El estudio detallaba que la superficie cultivada en España en el año 1960 era de 20,4 millones de hectáreas (Mha), mientras que en 2008 ocupaba 17,3 Mha.
En los últimos 12 años, se ha revertido la situación, según el último Censo Agrario 2020 publicado por el Instituto Nacional de Estadística este año, la superficie cultivada en España asciende a 23,9 millones de hectáreas (Mha).

Casi una de cada dos hectáreas del territorio español se dedica a la agricultura, incluyendo pastos permanentes y barbechos.

Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos. Ministerio de Agricultura


De la llamada Superficie Agrícola Utilizada (SAU), casi la mitad es “tierra arable”, una denominación que engloba los cultivos herbáceos, como los cereales, pero también las tierras que están en reposo. Le siguen los pastos y los cultivos leñosos como el olivar (10,3%), los frutales (5,4%) y los viñedos (3,6%). Los invernaderos, con sus cerca de 65.000 hectáreas, solo suponen el 0,27%, pero desde 2009 su superficie ha crecido un 42%.

El Censo Agrario del INE -que se realiza cada 10 años para evaluar la situación del campo y que sirve de base para la aplicación de la PAC (Política Agraria Común)- permite analizar la distribución de la tierra en cada una de las 326 comarcas agrícolas en las que se divide España, para ver dónde están las mayores extensiones de cada tipo de superficie en cifras absolutas. Así, por ejemplo, la comarca con mayor superficie dedicada a cultivos de tierra arable es La Campiña, en Sevilla, mientras que la de Cáceres es la que más extensión suma de pastos permanentes en el conjunto de España.

La foto fija que da el Censo Agrario se complementa con la evolución año a año que dibuja la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos que publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La estadística del ministerio muestra que, entre 2004 y 2021, la superficie destinada a cereales y viñedos ha descendido, mientras que ha aumentado la dedicada a frutales y olivar.

Dentro de los cultivos no tan comunes algunas de las mayores subidas se han producido en colza y pistacho, aunque en el conjunto del país sean aún cultivos poco extendidos. Por cada hectárea de colza cultivada hay más de siete de girasol.

La foto fija que da el Censo Agrario se complementa con la evolución año a año que dibuja la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos que publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. La estadística del ministerio muestra que, entre 2004 y 2021, la superficie destinada a cereales y viñedos ha descendido, mientras que ha aumentado la dedicada a frutales y olivar.

Dentro de los cultivos no tan comunes algunas de las mayores subidas se han producido en colza y pistacho, aunque en el conjunto del país sean aún cultivos poco extendidos. Por cada hectárea de colza cultivada hay más de siete de girasol.

Fuentes: Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos. Ministerio de Agricultura y RTVE

La verdolaga podría tener la clave para salvar a los cultivos de las sequías

La verdolaga, una mala hierba común, tiene una serie de rasgos que podrían ser muy útiles para desarrollar cultivos resistentes a la sequedad y al calor, según una investigación realizada por científicos de la Universidad de Yale (Estados Unidos) y publicada en la revista ‘Science Advances’.

«YaleNews: Common weed may be ‘super plant’ that holds key to drought-resistant crops«

Los investigadores describen cómo la verdolaga (Portulaca oleracea), integra dos vías metabólicas distintas para crear un nuevo tipo de fotosíntesis que permite a la hierba soportar la sequía sin dejar de ser altamente productiva.

Ingeniería de cultivos
«Se trata de una combinación muy rara de rasgos que ha creado una especie de ‘superplanta’, que podría ser potencialmente útil en tareas como la ingeniería de cultivos», afirma Erika Edwards, profesora de ecología y biología evolutiva de Yale y autora principal del artículo.

Las plantas han desarrollado de forma independiente una serie de mecanismos distintos para mejorar la fotosíntesis, el proceso por el que las plantas verdes utilizan la luz solar para sintetizar nutrientes a partir del dióxido de carbono y el agua. Por ejemplo, el maíz y la caña de azúcar desarrollaron lo que se denomina fotosíntesis C4, que permite a la planta seguir siendo productiva bajo altas temperaturas.

Las suculentas, como los cactus y los agaves, poseen otro tipo llamado fotosíntesis CAM, que les ayuda a sobrevivir en desiertos y otras zonas con poca agua. Tanto la C4 como la CAM tienen funciones diferentes, pero utilizan la misma vía bioquímica para actuar como «complementos» de la fotosíntesis normal.

Lo que hace única a la verdolaga es que posee ambas adaptaciones evolutivas, lo que le permite ser altamente productiva y también muy tolerante a la sequía, una combinación improbable para una planta. La mayoría de los científicos creían que el C4 y el CAM funcionaban de forma independiente en las hojas de la verdolaga.

Análisis de la verdolaga
Sin embargo, el equipo de Yale, dirigido por los coautores y becarios postdoctorales José Moreno-Villena y Haoran Zhou, llevó a cabo un análisis espacial de la expresión génica en las hojas de la verdolaga y descubrió que la actividad C4 y CAM están totalmente integradas. Operan en las mismas células, y los productos de las reacciones CAM son procesados por la vía C4. Este sistema proporciona niveles inusuales de protección para una planta C4 en tiempos de sequía.

Suelo arcilloso afectado por la sequía

Los investigadores también construyeron modelos de flujo metabólico que predijeron la aparición de un sistema integrado C4+CAM que refleja sus resultados experimentales.

Los autores afirman que la comprensión de esta nueva vía metabólica podría ayudar a los científicos a idear nuevas formas de diseñar cultivos como el maíz para que puedan soportar sequías prolongadas.

«En términos de ingeniería de un ciclo CAM en un cultivo C4, como el maíz, todavía hay mucho trabajo por hacer antes de que eso pueda ser una realidad –explica Edwards–. Pero lo que hemos demostrado es que las dos vías pueden integrarse eficazmente y compartir productos. El C4 y la CAM son más compatibles de lo que habíamos pensado, lo que nos hace sospechar que hay muchas más especies C4+CAM ahí fuera, esperando a ser descubiertas».

Cómo afecta el cambio climático en el sabor y poder nutricional de los vegetales

Interesante artículo de análisis de las alteraciones que está produciendo el Cambio Climático en 10 alimentos que examinamos.

Las manzanas son menos crujientes, las lechugas más amargas, las uvas más ácidas… El calentamiento global ya está afectando al sabor, la forma y el poder nutricional de las frutas, verduras y legumbres que comemos. Y el proceso no ha hecho más que empezar.

Fuente: Daniel Méndez para XLsemanal

El cambio climático sabe a manzanas más dulces pero mucho menos crujientes. A lechugas más amargas. Incluso a un vino menos ácido y con más alcohol. La temperatura ya ha subido un grado con respecto a la media de la era preindustrial, pero además el cambio climático arrastra cambios bruscos de temperatura, sequías… Sumemos a esto los gases de efecto invernadero y nos encontramos ante un fenómeno complejo que afecta ya a frutas y verduras. Para sobrevivir a estas mudanzas, las plantas pueden reducir su tamaño, retrasar o adelantar la floración, madurar antes sus frutos… El ciclo biológico de muchas especies se está alterando y, por tanto, su calidad.

Las alubias que crecen a una temperatura diurna de 27 grados, y nocturna de 22, son mucho más pequeñas que las que crecen a seis grados menos. Periodos breves de calor provocan que los guisantes aceleren su maduración, lo que, de nuevo, lleva a productos de menor tamaño. La lechuga puede desarrollar una cabeza hinchada y menos densa, al tiempo que muestra síntomas de clorosis (ausencia de clorofila) y un incremento de los compuestos de sabor amargo. Pueden aparecer hojas quemadas, algo que también se observa en el brócoli o el repollo.

Y a menudo no se trata solo de que sean más feos, sino que además pueden ser menos sanos: el tomate que crece a una temperatura demasiado elevada tendrá menos macronutrientes y menos carotenoides, un pigmento antioxidante que ayuda a mantener la presión arterial o a combatir el cáncer.

Algunos estudios apuntan a que la producción de vino puede hacerse inviable en el sur de Europa y desplazarse al norte

Aunque no todo son malas noticias. El estrés térmico, por ejemplo, hace que la lechuga tenga «más lactonas, que son conocidas como ibuprofenos naturales», explica Aurora Díaz, del Instituto Agroalimentario de Aragón. Dan un sabor amargo al vegetal, pero son beneficiosas para la salud. «Desde hace unos años, hemos apostado por variedades menos amargas de verduras y quizá deberíamos replanteárnoslo», reflexiona la investigadora.

Para hacer frente al cambio climático, Díaz propone investigar variedades más resistentes al calor y al estrés hídrico y, también, volver la mirada a las variedades silvestres, supervivientes por naturaleza que podrían esconder muchas claves para adaptar nuestros cultivos a una situación cambiante. «Un efecto que ya estamos viendo es la falta de frío invernal –explica Javier Rodrigo, del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) de Aragón–. Los árboles frutales de zona templada se han adaptado para sobrevivir a las bajas temperaturas del invierno.

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Pánico en el campo. Desde el olivo hasta el pistacho, pasando por cereales o verduras, el mapa peninsular de huertas y plantaciones está cambiando y algunos cultivos dejarán de ser viables en determinadas zonas.

Cuando se les cae la hoja, entran en un estado de reposo que les permite aguantar a 20 grados bajo cero. Y necesitan de ese frío para florecer». Ocurre que, con el incremento de la temperatura, tardan más en acumular ese frío que requieren para el correcto desarrollo de la flor. Y, por tanto, el ciclo se retrasa: tardan más en desarrollar la flor. Él lo ha visto en los cerezos que cultiva en su huerto experimental.

Ocurre, además, que hay variedades que no se bastan por sí solas: necesitan de lo que se llama polinización cruzada; es decir, del polen de otra variedad distinta para reproducirse.

Pero ¿qué pasa si reaccionan de manera diversa a los cambios de temperatura? Que ya no florecerán a la vez. «Siempre les decimos a los agricultores que planten variedades compatibles y que coincidan en floración. Ahora lo completamos con un dato: deben tener unas necesidades de frío parecidas».

No solo son más feos, sino que pueden ser menos sanos: el tomate que crece con mucho calor tiene menos nutrientes y sustancias que protegen contra el cáncer

Lo que explica el experto sobre los cerezos podemos llevarlo a otras especies. Desde el olivo hasta el pistacho, pasando por cereales o verduras. El mapa peninsular de huertas y plantaciones está cambiando y algunos cultivos dejarán de ser viables en determinadas zonas. Se está viendo ya con la vid. Las altas temperaturas, unidas a elevadas concentraciones de CO2 en la atmósfera, han alterado el sabor de la uva: más ácida y con más azúcar. Los estudios más pesimistas sostienen que, en unas décadas, las regiones del sur de Europa serán demasiado calurosas para la producción de vino, que se podría ver desplazada hacia el norte.

Otro tanto ocurre con cultivos de secano, como el trigo o el maíz. Un estudio afirma que la producción en el sur de Europa habrá caído a la mitad en 2050. Más allá de esta variación regional, ya se ve un cambio en las características organolépticas de ciertos cultivos. Un estudio evaluó cómo se habían alterado las manzanas Fuji y Tsugaru, dos variedades muy populares en Japón. Observaron que en 40 años habían ganado en dulzura, pero perdido acidez y dureza. Unos cambios que, al producirse paulatinamente, habrían pasado desapercibidos para el consumidor.

«Pero si pudieras probar una manzana recolectada hace 30 años, percibirías la diferencia», asegura Toshihiko Sugiura, el especialista a cargo del experimento. Lo mismo podemos decir de las zanahorias, que han perdido sabor, o de la col, más amarga; la berenjena crece con mayores deformidades, lo que, como mínimo, afecta al valor del producto a la hora de venderlo. A cambio, productos como la batata o el mango podrían ganar protagonismo en regiones donde hasta ahora apenas se cultivaban.

10 ALIMENTOS A EXAMEN

Trigo

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• La falta de lluvia y las altas temperaturas registradas a principios de mayo han reducido la cosecha de este año en España. En la India, segundo productor mundial, la situación ya es tan alarmante que el país ha prohibido las exportaciones.

• La escasez de precipitaciones en primavera ha hecho que el cereal crezca menos y las altas temperaturas están reduciendo la concentración de almidón, importante fuente de energía en nuestra dieta.

• A cambio, la mejora genética ha duplicado la productividad del trigo en los últimos 50 años. Ya se está trabajando en variedades resilientes al cambio climático.

Cítricos

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• Las altas temperaturas hacen que la planta no complete el ciclo de frío durante el invierno y el fruto pierde consistencia. Se desprende la piel de la pulpa y es más vulnerable.

• La falta de agua, además, provoca acidez y una piel pálida y menos gruesa.

• A cambio, una buena noticia: ante la falta de agua, el fruto puede reaccionar con mayor concentración de sorbitol, un edulcorante natural que favorece el crecimiento de bacterias beneficiosas en el intestino.

Manzana

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• El frío es fundamental para los manzanos y los perales. Según la variedad, necesitan entre 500 y 1500 horas de frío. De ello depende el tamaño de la fruta y su firmeza.

• En el norte de Europa, el calentamiento ha adelantado la floración. En el Mediterráneo, las variedades que más frío necesitan muestran una floración incompleta y se pierde el fruto.

• El calentamiento provoca también una pigmentación pobre en la piel y reduce la presencia de antocianinas, responsables del color rojo del fruto y beneficiosas para nuestra salud.

• Una buena noticia: según un estudio realizado el año pasado en Asturias, el incremento de 0,30 grados centígrados por década en la región desde 1978 no ha afectado a los manzanos. Las variedades locales se han podido adaptar.

Uva

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• El cambio climático ha acelerado sus ciclos anuales y eso afecta a la composición química de la uva y también al sabor del vino: menor acidez, más alcohol y mayor proliferación de microorganismos y micotoxinas (producidas por hongos).

• La escasez hídrica también tiene como consecuencia que las uvas sean pequeñas y con alta concentración de fenólicos (dan color al vino y afectan a su calidad). Y también que tenga menor concentración de ácidos málicos.

• El resultado es que el cultivo de la vid ya se está desplazando al norte o a plantaciones más elevadas.

• No todo son malas noticias. Las altas temperaturas y la falta de agua provocan que el fruto acumule antocianinas, que actúan como antioxidantes y protegen a la uva del calor.

Tomate

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• La producción global de tomate se ha triplicado en las últimas cuatro décadas. Pero en Europa está disminuyendo. En países como Reino Unido ha habido periodos de escasez (y precios por las nubes). Así que los científicos están diseñando variedades resistentes al calor.

• El problema es que las altas temperaturas, aquellas superiores a 35 grados, disminuyen la viabilidad del polen y reducen la floración. Eso se traduce en un menor rendimiento de los cultivos y un color menos intenso.

• El área mediterránea sigue siendo óptima para el crecimiento del tomate. No ocurre lo mismo con el norte de África, salvo la franja costera.

• El ambiente seco y las altas temperaturas provocan plagas. En Mallorca llevan años sufriendo la invasión de la oruga del tomate, Manduca quinquemaculata.

Lechuga

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• Cuando la temperatura supera los 30 grados, se producen quemaduras o necrosis en los extremos de las hojas. Por eso, ya se observa en España un desplazamiento de los cultivos hacia el norte.

• La lechuga también necesita cambios notables entre la temperatura diurna y nocturna. Si no, desarrolla clorosis (es decir, ausencia de coloración verde por carencia de clorofila) y acumulación de compuestos de sabor amargo… que a menudo son saludables.

• Al tener raíces pequeñas, es muy vulnerable a la falta de agua. Para combatirla, la planta desarrolla compuestos saludables como los polifenoles.

• Se está trabajando ya en la edición génica de lechugas. En la actualidad se usan semillas que permiten completar ciclos cortos de cultivo de lechugas: listas en 30 días.

Zanahoria

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• Esta hortaliza necesita agua en abundancia. Así que en años de escasas precipitaciones tiene menos sabor y una textura menos crujiente.

• Las temperaturas elevadas hacen que sean menos dulces. Y un exceso de agua como el que pueden provocar lluvias torrenciales lleva a la aparición de grietas.

Melocotón

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• Como el resto de árboles de hoja perenne, necesita una buena dosis de frío en la fase invernal de reposo. En regiones como el sur de Estados Unidos ya se está viendo amenazado su desarrollo. También en España, Italia o Francia.

• La falta de agua aumenta la concentración de compuestos bioactivos y de glucosa y fructosa, lo que se traduce en melocotones más dulces. Pero también en frutos más pequeños y ciclos de maduración alterados.

• Una elevada exposición al CO2 aumenta la concentración de sucrosa, lactona y norisoprenoides en el fruto: todos estos compuestos contribuyen a un sabor agradable.

Kiwi

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• El año pasado, la producción de kiwi en Europa fue de 700.000 toneladas: un 3 por ciento menos que en 2020. Desde 2015 se ha perdido un 15 por ciento de producción. ¿Motivo? Heladas primaverales y la enfermedad llamada ‘moria del kiwi’ en Italia, principal productor europeo.

• Las altas temperaturas veraniegas también han afectado a su producción. Provocan un deterioro de las raíces y se traducen en plantas más grandes, pero con menos frutos. Y menos flores en la temporada siguiente.

• Es una planta muy sensible al estrés hídrico, que provoca una menor concentración de sodio, que regula la concentración de líquidos en la planta (y en nuestro organismo).

Aceituna

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• El aumento de temperatura acelera los ciclos, lo que obliga a una cosecha temprana, con un nivel de madurez más bajo. Y una aceituna de peor calidad y de menor tamaño.

• El olivo es muy tolerante a la falta de agua. Da lugar, incluso, a un aceite de mejor calidad siempre que el estrés hídrico no sea excesivo, lo que conduce a un aceite más amargo y con menor contenido en ácido oleico y aromas.

• Las altas temperaturas en verano, momento en que se desarrolla el fruto, provocan una reducción de proteínas en la aceituna.

• La viabilidad del olivar depende mucho de su variedad. La hojiblanca, la manzanilla, la picual o la nevadillo están ya amenazadas en Andalucía debido a la ausencia de horas de frío en invierno y a la falta de precipitaciones en verano.

Sandía

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• Es originaria del desierto de Kalahari (donde crece todavía de manera silvestre) y estaba ya presente en el Antiguo Egipto. Esto da muestra de su resistencia al calor. De hecho, las altas temperaturas refuerzan su sabor dulce.

• Pese a su elevado contenido de agua, siguen siendo apuesta segura en climas áridos y semiáridos, como Marruecos.

• En los últimos lustros se han sustituido múltiples variedades locales por otras genéticamente modificadas al gusto del consumidor: más pequeñas, dulces y sin semillas. Pero menos adaptadas a las condiciones climáticas presentes y futuras.

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