La historia no para de reconocer la experiencia que desde siglos ha tenido España en la elaboración de aceite de oliva.
Si algún día visitan Sevilla, podrán encontrar a los pies de la Giralda una prueba de la potencia de Hispania en esta producción y comercio, más concretamente la que tenía como origen la BAETICA, la actual Andalucía.
La inscripción data de la segunda mitad del siglo II d.C. (CIL II, 1180), homenajea al caballero Sextus Iulius Possesor, hijo de Iulio, haciendo un repaso exhaustivo del curriculum existencial que había acumulado a lo largo de toda una vida repleta de cargos y responsabilidades; entre los cuales el de ayudante del prefecto de la annona, comisionado por el Estado para garantizar el abastecimiento de aceite de oliva bético y africano a Roma, y el de PROCURATOR AD RIPAM BAETIS. Este último cargo lo hacía responsable de regular y sustentar la navegabilidad del futuro Guadalquivir, de sus diques, sus puertos y sus canales contrarrestando de paso las consecuencias más o menos desastrosas de las inundaciones periódicas; de garantizar el carácter público de la vía fluvial y de mantener el buen estado de sus riberas e instalaciones portuarias; de conservar limpio y bien drenado el cauce, en un río de amplísima morfología que arrastra mucho lodo y tiene una madre bastante inestable; del correcto mantenimiento de los caminos de sirga, y de pagar y controlar a los mercaderes del aceite de oliva, envasadores, transportistas y corporaciones de barqueros (scapharii), directamente bajo su jurisdicción. Fueron éstos, en concreto, quienes le dedicaron el homenaje en Hispalis por la honradez desplegada en el ejercicio de sus funciones.
Hay otras muchas pruebas que se han encontrado en los sellos de las ánforas romanas de aceite de oliva, como la que se muestra en la imagen inferior, donde, no sin dificultad, se puede leer: P O R P A H
- POR, es posible que hiciera referencia a Portus o su almacén de aceite
- PAH, es posible que hiciera referencia a Publius Haelius Adriano, el padre del emperador Adriano
Es decir, posiblemente la fuente de riqueza de la familia del posterior emperador Adriano, tendría su origen en los olivos de la Bética y las ganancias del aceite de oliva suministrado a Roma desde Hispania.
Ya saben, la próxima vez que visiten Sevilla, no dejen de hacerse una foto junto a la Giralda, y ya pueden contar una historia tan interesante como esta al identificar la base de la conocida como Giganta.
Fuente: academia.edu