La revista española Emprendedores acaba de publicar (22 ABR 2021) un reportaje especial, titulado: «BrioAgro, la empresa que se lo pone fácil y barato a los agricultores«. Es un artículo donde la Revista y el Grupo Cooperativo Cajamar quieren poner en valor la innovación agroalimentaria seleccionando proyectos españoles con mucho potencial en esa dirección.
Han desarrollado un algoritmo de calibración de humedad del suelo que permite saber cuándo, cuánto y dónde hay que regar. Los datos necesarios los obtienen utilizando tecnología de sensores que distribuyen en suelo y captando, además, información satelital y meteorológica localizada. Estas tres fuentes de información permiten monitorizar las principales variables en las que el agricultor puede intervenir para mejorar sus cultivos y predecir de manera muy precisa el momento y la cantidad del riego.
Otra cosa buena que tienen es que no solo te lo dicen, sino que también lo hacen porque ofrecen la posibilidad de conectar la finca o el terreno deseado con la plataforma y activar en remoto el riego inteligente. Así es como en BrioAgro Technologies cierran el círculo y logran un servicio integral que facilita la vida a los agricultores a la vez que mejora la eficacia de su actividad.
El sistema consigue, también, importantes ahorros en consumo de agua, electricidad, fertilizantes y mano de obra. Dependiendo del tipo de cultivo y del terreno, el ahorro en agua oscila entre el 20% y el 50%. Sin embargo, este porcentaje podría ir en aumento con el uso continuado de la tecnología de BrioAgro al mejorar la salud del terreno, conforme se van desechando viejas prácticas.
“Decimos que nuestra tecnología es disruptiva porque lo es, porque supone un cambio de paradigma real en la forma de trabajar el campo a como se viene haciendo desde hace muchos años”, declara José Luis Bustos Jiménez, CEO de BrioAgro.
Romper las barreras de entrada
No obstante, Bustos sabe que hablar de tecnología, big data e Inteligencia Artificial a los agricultores y convencerles de un cambio de hábito resulta complicado. Por eso, la estrategia que han elegido para difundir las bondades de BrioAgro es la de evangelizar mostrando.
“Comenzamos vendiendo la solución. Era nuestra forma de aprender vendiendo y poder implementar la tecnología. Ahora que la tenemos madura, hemos cambiado la táctica y, en lugar de vender, lo que hacemos es alquilar los equipos. Pueden hacerlo de forma progresiva y sin compromiso de permanencia. Es la mejor forma de superar las barreras de entrada, cuando les dices: Mira, no te lo voy a contar, lo vas a ver tú, empiezan con una campaña determinada y, conforme ganan confianza con la tecnología y comparan los resultados, piden más. Con el alquiler permitimos que hagan un test de contraste entre el terreno que aplica nuestra tecnología y el que no. La medición se hace en el mismo año porque las condiciones meteorológicas pueden variar mucho de un año a otro. Transcurrido un mes, el agricultor hace su propia comparativa y extrae resultados sin necesidad de contarle nada”, asegura Bustos.
Los datos parecen dar la razón al CEO de BrioAgro. De las 300 instalaciones que aplican ya la solución –alrededor de 180 clientes– desde que salieron al mercado, solo 3 han decidido no continuar. Para hacerse una idea del coste, el precio medio de alquiler para un riego básico es de 135 euros al mes durante el primer año. Luego se va abaratando, si el cliente se fideliza. Con esta baja inversión se consigue un aumento de calidad y productividad de las cosechas y se reduce el impacto medioambiental. “Al fin y al cabo, procedemos del mundo de la agricultura y del mercado y sabemos lo que necesitan”, añade.
BrioAgro como empresa
Los socios fundadores de Brioagro son José Luis Bustos, Antonio Santos y Fran Guillén. La empresa, con un equipo de 7 personas, tiene el domicilio social en Tudela (Navarra) tras su paso por la aceleradora de innovación agroalimentaria de Orizont. Desde aquí desarrollan tanto el hardware como el software.
BrioAgro se constituye en septiembre de 2015. El germen hay que buscarlo en la plaga del picudo rojo, un insecto que estaba acabando con las palmeras de toda España hace unos años. Entonces, idearon un primer prototipo a base de sensores que identificaba la presencia del insecto mediante señales sonoras. Funcionó. Combatida la plaga, tuvieron que pivotar, trasladando y adaptando esta tecnología inicial a lo que hoy es BrioAgro Technologies.
La empresa ha cosechado numerosos premios. Por citar los más recientes, en septiembre de 2020 recibieron el galardón del InnoWise Challenge Lab en España con el que el consorcio europeo EIT Food buscaba soluciones para acabar con la escasez de agua en el sur de Europa. Meses antes se habían alzado también con el premio del Foro Mundial de Inversión de Business Angels (WBAF). “Fuimos a ver qué pasaba y nos llevamos el premio”, recuerda Bustos.
La alianza estratégica con Cajamar
El dinero invertido hasta la fecha ronda los 825.000 euros procedentes, en su mayoría, del I+D+i de subvenciones, premios, inversores particulares y recursos propios. También el Gobierno de Navarra, a través de Sodena, participa del 9% del capital.
Especial afecto expresa Bustos en el capítulo financiero cuando habla de la relación de la empresa con Cajamar Caja Rural. “Desde el principio, hemos sido clientes suyos y seguimos siéndolo aquí, en la sucursal que tiene Cajamar en el Paseo de Pamplona de Tudela. Lo hacemos con una visión estratégica y sectorial porque sabemos que son los que mejor entienden y más protegen a los agricultores”.
“Pero también lo hacemos para nutrirnos de su ecosistema de innovación y conocimiento. Considero que la Fundación Cajamar es una maravilla, donde he tenido oportunidad de asistir a conferencias magistrarles y muy vanguardistas en lo que atañe al sector. Es un punto de encuentro ideal para intercambiar conocimiento y generar sinergias entre los distintos actores. También la Estación Experimental Cajamar de Las Palmerillas se ha convertido, en mi opinión, en el centro tecnológico de referencia para la agricultura en general y para la intensiva mediterránea en particular”
La última referencia que hace Bustos de Cajamar corresponde a su incubadora/aceleradora, Cajamar Innova, donde buscan soluciones de alta tecnología del agua. Amplían así su impacto social de cara a un futuro más sostenible sin desatender por ello a su core. “Entenderás que el proyecto está muy alineado a lo que nosotros hacemos, por eso hemos aplicado”, dice.
“O lo petamos o cerramos”
Durante estos años, en BrioAgro se han regido por el bootstrapping, es decir, “estirando mucho los pocos recursos, ajustando los presupuestos y cobrando el equivalente al salario mínimo interprofesional”.
El conocimiento adquirido les ha permitido seguir avanzando a través de la Inteligencia Artificial y dar respuesta a problemas específicos como, por ejemplo, determinar la fecha óptima para la recolección de la lechuga, en colaboración con la compañía Florette. Algo similar están haciendo con la aceituna para aceite de oliva.
Asimismo, como empresa especializada en riego inteligente, han adaptado la solución a la vertical de parques y jardines, abriendo así una segunda linea de negocio que se enmarca en las smart cities. También aquí han podido demostrar ahorros notables en ciudades como Sevilla, Pamplona o Badajoz.
Los ingresos actuales de BrioAgro proceden en un 80% de los alquileres de los equipos y el resto son ventas. El 2020 tampoco fue un buen año para ellos. Esperaban empezar a dar beneficios y no lo consiguieron. No obstante, supieron aprovechar el parón ocasionado por el Covid para implementar la tecnología y hacerla compatible en otros países, lo que les abre la puerta al 90% del mercado mundial.
“Ahora que tenemos la tecnología madura y un conocimiento profundo de 40 cultivos diferentes, ha llegado la hora de alzar el vuelo. Queremos superar el millón de facturación en 2022 y abrir mercados fuera, empezando por Latinoamérica –México– y el sur de Estados Unidos. Para que esto tenga sentido, el crecimiento tiene que ser exponencial. Eso lo tenemos claro así que, o lo petamos o cerramos, y para conseguir lo primero estamos trabajando a lo bestia”.